sábado, 6 de agosto de 2005
Luis Díaz, preso durante 26 años por error.
Por Sonia Osorio
Los casos de identificación errónea por testigos de condenados han dejado en evidencia el sistema judicial de EEUU, como lo demuestra el de un cubano rehabilitado tras purgar 26 años de cárcel por violaciones que no cometió.
De los 160 prisioneros a los que se les han retirado los cargos que pesaban sobre ellos al demostrar su inocencia las pruebas de ADN a las que fueron sometidos, las tres cuartas partes fueron condenados basados en identificaciones erróneas, de acuerdo con la organización sin fines de lucro "Proyecto Inocente".
Barry Scheck, director ejecutivo de esa organización que busca la rehabilitación de los prisioneros gracias a las pruebas de ADN, dijo que lo sucedido con Luis Díaz, de 67 años, es un "hito en la historia de la reforma (para identificar) a los testigos".
"Hay reformas que están empleando fiscales y la policía en el país que reducen el error, protegen a los inocentes y ayudan a apresar a los culpables", indicó Scheck a los periodistas.
Díaz, cubano-estadounidense, obtuvo su libertad el pasado miércoles cuando una jueza de Miami, en el estado de Florida, decidió ponerle en libertad tras anular la pena de cadena perpetua a la que fue condenado por varias supuestas violaciones que no cometió.
El conocido abogado Roy Black dijo en un comunicado, tras conocerse la decisión judicial, que después de este caso "ninguno de nosotros debe estar sorprendido por el hecho de que las identificaciones erróneas han sido la primera causa de condenas equivocadas que fueron posteriormente anuladas tras las pruebas de ADN".
"Afortunadamente Luis vivió lo suficiente para tener la revolución del ADN que suministrara la prueba física que demostró su inocencia", manifestó Black tras conocer el dictamen en el caso de Díaz.
Pero otros mueren antes de poder enterarse del desenlace de sus casos, como sucedió con Frank Lee Smith, que falleció de cáncer pocos meses antes de que un juez anulara su condena a la pena de muerte.
En su caso una prueba de ADN también determinó que no había violado ni asesinado a una niña en 1985 y pasó catorce años en el corredor de la muerte de la prisión estatal de Starke, en Florida.
La pesadilla de Díaz comenzó cuando las autoridades lo detuvieron en 1979 después de que una víctima vio a un automovilista que se parecía mucho a la persona que la había violado y suministró a la policía el número de la de matrícula del vehículo que pertenecía al ex reo.
Según las víctimas, el violador hablaba inglés con acento hispano.
El ex preso, quien no hablaba inglés, fue declarado culpable en 1980 de siete violaciones y condenado a cadena perpetua. Trece años después dos de las víctimas se retractaron de las acusaciones y sus casos se desestimaron.
Pero los otros cinco cargos siguieron vigentes hasta que abogados de "Proyecto Inocente" y de la firma Holland & Knight presentaron a la justicia un recurso para someter a Díaz a pruebas de ADN, en 2003.
Las pruebas resultaron negativas en dos de los casos y puso en duda su vinculación con las demás acusaciones.
"Proyecto Inocente" ha dicho que estudios sobre las identificaciones de testigos realizados en las últimas tres décadas han demostrado de forma consistente "la falibilidad de las identificaciones, además de la contaminación involuntaria de la memoria a través de varios procedimientos de identificaciones".
En cuanto a las pruebas de ADN, la organización sostiene que es una poderosa herramienta para detectar y corregir esos errores, pero no es la panacea para resolver los males que aquejan al sistema judicial.
Además de que el alcance de la prueba está limitado a aquellos casos en los que hay la posibilidad de analizar material biológico para poder vincularlo con el delito en cuestión.
En Florida hay varios casos de ex reos que lograron salir en libertad por ese tipo de pruebas como Jerry Frank Townsend, un hombre con la capacidad mental de un niño de ocho años.
Un juez ordenó su inmediata libertad tras pasar 22 años en una cárcel luego de ser sentenciado a cadena perpetua por seis asesinatos y una violación.
Artículo relacionado: "El estado irresponsable."
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