ALFONSO CHARDY
The Miami Herald
Diley Nuñez, de Cuba y Jorge Costa, de Venezuela, se casaron, solicitaron la residencia juntos en el 2005 y la recibieron en un año.
Casual o intencionalmente, hay cada vez más venezolanos (más de 2,000 desde el 2002) que se están casando con refugiados cubanos que están a punto de recibir sus tarjetas de residencia, y eso está atrayendo escrutinio de parte de funcionarios federales de inmigración.
El fenómeno coincide con los vínculos cada vez más estrechos del presidente venezolano Hugo Chávez con Fidel Castro, algo que ha dado lugar a que miles de venezolanos huyan de su país y se queden en Estados Unidos incluso después de que sus visas expiren. Según abogados en el sur de la Florida, los inmigrantes venezolanos representan el mayor número de ciudadanos no cubanos contrayendo nupcias con cubanos, seguidos de los colombianos y mexicanos.
Para los inmigrantes indocumentados, casarse con un cubano con residencia permanente puede ser el modo de permanecer en Estados Unidos, e incluso puede ser hasta mejor que casarse con un estadounidense nativo. Los no cubanos casados con ciudadanos de EEUU durante menos de dos años sólo obtienen residencia condicional, pero los que se casan con cubanos residentes pueden obtener su residencia después de un año.
Sólo unos pocos cientos de inmigrantes no cubanos de diferentes nacionalidades recibieron residencia bajo la Ley de Ajuste Cubano entre 1996 y el 2001, pero solamente el año pasado más de 4,000 la consiguieron en todo el país. A nivel nacional,los colombianos, cuyo país ha estado sumergido en conflictos civiles durante décadas, superaron a los venezolanos por un pequeño margen, seguidos de peruanos y de argentinos, según la Oficina de Estadísticas de Inmigración.
''El número de colombianos y venezolanos que ahora viven en el sur de la Florida hace lógico que se encuentren con cubanos y se casen con ellos'', comentó Wilfredo Allen, abogado de inmigración.
Jorge Rivera, otro abogado de inmigración de Miami, afirmó que las solicitudes de tarjetas de residencia bajo la Ley de Ajuste Cubano por parte de no cubanos está captando la atención de las autoridades, que sospechan de fraude en algunos casos.
''Algunas personas son sometidas a un fuerte interrogatorio cuando solicitan [la residencia] como parejas no cubanas de refugiados cubanos bajo la Ley de Ajuste Cubano'', explicó Rivera.
Hace dos años, las autoridades negaron la residencia a varias parejas cubano-venezolanas después de acusarlas de ''arreglar'' los matrimonios para que los venezolanos bajo procesos de deportación pudieran obtener la residencia, apuntó un asistente del abogado Eduardo Soto, quien está trabajando ahora algunos de esos casos.
Emilio González, jefe de la Oficina de Ciudadanía e Inmigración (CIS) afirmó que está comprometido a eliminar el fraude de inmigración.
''Por mucho tiempo los problemas de fraude de asilo, fraude de matrimonio y de naturalización fueron descartados como algo que no era gran cosa'', declaró González en un reciente discurso en Miami. ``Déjenme decirle algo: es un gran problema y vamos a atacar el fraude tenazmente''.
Mientras el gobierno de Chávez continúa avanzando con el socialismo estilo cubano, los líderes de la comunidad venezolana han comenzado a presionar al Congreso y la administración de George W. Bush para que se establezcan medidas que brinden a los inmigrantes venezolanos un modo de permanecer en EEUU. Pero hasta ahora sus pedidos no han captado la atención de Washington.
Mientras tanto, el número de venezolanos casados con cubanos continúa aumentando.
El venezolano Jorge Costa se casó con la cubana Diley Núñez y juntos solicitaron la residencia en el 2005 y la recibieron en un año. ''Fue muy rápido'', narró Costa. ``Un gran beneficio para los no cubanos''.
Costa, de 38 años, y Núñez, de 35, sabían el uno del otro durante años porque Costa tiene familiares en Cuba. Su padre se asentó en Venezuela después de que Castro tomó el poder en 1959.
''Mi esposa y yo nos ponemos a hablar sobre las situaciones en nuestros países y cómo ahora estamos juntos debido a eso'', aseguró Costa, empleado de una compañía de televisión por cable en Miami.
Rolando Ruiz, de Fort Lauderdale, obtuvo su residencia un año después de llegar en una balsa de Cuba en el 2005, y antes se casó con Mónica Rodríguez, de Venezuela, el pasado noviembre 19: su cumpleaños. Mónica todavía está esperando la inspección de su expediente para recibir la tarjeta de residencia.
Antes de conocer a Ruiz, Rodríguez, de 25 años, estaba tratando de averiguar la forma más rápida de obtener la residencia porque su visa de estudiante estaba a punto de expirar. Conoció a Ruiz, de 29 años, durante un viaje con amigos mutuos a los parques de Orlando en diciembre del 2005.
''Durante el viaje a Orlando, nos hicimos buenos amigos, y luego comenzamos a conocernos mejor uno al otro. Con el tiempo, empezamos a salir, y luego él me propuso matrimonio y le dije que sí'', recordó Mónica.
Rodríguez dijo que no sabía el estatus inmigratorio de Ruiz cuando empezaron a salir juntos. Agregó que supo de los beneficios de la Ley de Ajuste Cubano cuando consultó a Allen, quien afirmó que la pareja vino a verlo poco antes de casarse.
Sin embargo, no todos los matrimonios entre cubanos y venezolanos terminan bien.
Yeminna Barreto se divorció de su esposo cubano y solicitó una tarjeta de residente como esposa abusada bajo una cláusula de una ley de inmigración que les permite a extranjeros casados con cubanos o ciudadanos estadounidenses obtener su residencia si son víctimas de violencia doméstica.
''Me mintió'', aseguró Barreto. ``Me engañó para que me casara con él, trajera a mis hijos de Venezuela, y después no hizo nada por mí y nos volvimos ilegales''.
Barreto amplió que las autoridades de inmigración les negaron a ambos sus solicitudes para la residencia cuando descubrieron que el hombre tenía antecedentes penales.
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