ENTREVISTA. HISTORIA. VISIÓN CRÍTICA DEL CASTRISMO Y EL GUEVARISMO
Sánchez Guevara y Masetti critican la aniquilación de todo movimiento social en la isla.
MARISA GOÑI. PALMA
Sánchez Guevara y Masetti ofrecen hoy una conferencia en la Casa de Cultura.
El nieto del Ché, Canek Sánchez Guevara, de visita en Palma, escucha con entusiasmo Porno para Ricardo, "un grupo punk cubano que hace una crítica nada metaforizada, que denuncia sin eufemismos ni disimulos la dictadura totalitaria de Fidel".
En la sede palmesana del Ateneu Llibertari Estel Negre, Canek Sánchez Guevara, autor del libro El furor y el delirio (editorial Tusquets) revisa la figura de su ilustre abuelo y sus propios principios. "Admiro a las personas que están dispuestas a jugarse la vida por sus ideas. El Ché no era pura retórica, pero también tengo mil críticas que hacerle. No me gusta su concepción del hombre nuevo, su concepción del socialismo del Estado, de dictadura del proletariado. También pienso que no podría haber sido de otra forma. Era un hombre de su tiempo".
Canek Sánchez Guevara ofrecerá hoy a las ocho en la Casa de Cultura de Palma una conferencia sobre ´Cuba: de la revolución al totalitarismo´, junto a Jorge Masetti, periodista e hijo del célebre guerrillero guevarista Masetti asesinado en Argentina. "El Ché era un hombre que vivió los grandes males de la humanidad y trató de subsanarlos sin dejar de ser autoritario y crear un sistema autoritario", añade Masetti, quien trabajó para el Departamento América de los servicios de inteligencia cubanos. Se instaló en Cuba con su familia cuando contaba tres años de edad y la abandonó tras los fusilamientos del 89. "No quería vivir entre tanto cinismo", sostiene el autor de Diario de Bolivia del Ché.
Ambos preparan un libro conjunto sobre Cuba y el guevarismo. Coinciden en la percepción de la complejidad del pensamiento y la personalidad del Ché y en la denuncia de la perversa utilización de su figura por parte de Fidel Castro. "Hasta los 80, el Ché fue utilizado como capital simbólico, moral y ético de la revolución. Luego, como mercancía de los residuos de la revolución, por el Estado. En Cuba impera el capitalismo de Estado", denuncia su nieto, más entusiasta del ideario anarquista. Hijo de mexicanos, nació hace 33 años en La Habana, que abandonó con 22 "para ver mundo, la obsesión de todos los jóvenes cubanos". Reside en Francia, donde trabaja como diseñador gráfico, escritor y compositor, aunque está muy al tanto del acontecer de la isla del Caribe. "Hay mucho movimiento entre los jóvenes cubanos. Están cansados de que se les diga que hay que ser disciplinados como el Ché, rebeldes como el Ché... y aplaudir al Comandante. No hay estructuras orgánicas, ni ideología, más bien mucho componente contracultural de crítica constante", explica Sánchez Guevara. A su juicio, la juventud se desespera "cuando ve las fuerzas productivas ancladas en la inutilidad. Trabajas y no generas riqueza ni para ti ni para tu entorno".
"A diferencia de otras dictaduras, la totalitaria exige que, además de aplastarte, la aplaudas. Se aniquila todo movimiento social y te exige participar. Por eso resulta tan difícil a un cubano rebelarse porque es como rebelarse contra sí mismo. Primero se está por entusiasmo, luego por inercia, al final para sobrevivir", explica Masetti, quien sostiene que "los ingredientes del sistema estaban desde el principio ya en Sierra Maestra". Ambos se muestran molestos por el estereotipo simplista que se maneja de la disidencia cubana, donde "hay de todo el abanico de una sociedad democrática. Se ha diabolizado". "En Cuba hacemos como que trabajamos y el Gobierno hace como que nos paga", cuentan que dice un dicho en Cuba, donde "el salario medio alcanza los 12 dólares y un litro de aceite cuesta 13".