lunes, 12 de febrero de 2007

Publicado el 02-10-2007

Diario Las Americas
Por Luis P. López

Minnie Miñoso
ESTRELLA. En 17 temporadas en la Gran Carpa, el cubano Minnie Miñoso bateó para .298. Miñoso fue seleccionado en seis ocasiones para el Juego de Estrellas y recibió tres Guantes de Oro.

Tres figuras indispensables en el recuento de la historia deportiva cubana, Fausto Miranda, René Molina y Orestes Miñoso, serán celebrados hoy domingo en el quinto Templo de la Fama del Deporte Cubano durante un concurrido almuerzo en el club Big Five.

Dos de ellos no podrán asistir al acto. Fausto y René, dos periodistas influyentes en el desarrollo del baseball y el deporte en general en Cuba, fallecieron el año pasado en Miami y Puerto Rico, respectivamente.

El tercer personaje, también viejo, viejo de verdad, es Orestes Miñoso, residente en Chicago por casi una eternidad y que a sus 84 años hace el apresurado viaje para verse de nuevo entre compatriotas y deportistas.

Fausto y René serán celebrados por unos instantes de silencio suficiente como para volverlos a ver y recordar en su diario trajín de la llamada feria del músculo. Fausto triunfó como cronista en Cuba, en Nueva York y en Miami. René hizo época en batería con Felo Ramírez en las transmisiones radiales del baseball cubano antes de salir al destierro, a Puerto Rico, su segundo hogar, donde sentaría cátedra de nuevo en el diarismo deportivo.

Miñoso fue uno de los primeros y grandes representativos del baseball cubano en la gran pantalla de las Ligas Mayores. Dicho a grandes trazos, su aparición en el paisaje beisbolero se debe a al equipo de la mueblería Orbay y Cerrato de la Habana en la liga semiprofesional, donde su nombre empieza a sonar con insistencia.

Pero es el estadio Tropical su primer gran escenario profesional. Allí volvió a llamar la atención de manera inusitada con su bateo, su agilidad y ardor. Su defensiva como antesalista no era nada del otro jueves. Recordamos a propósito un juego por la tarde en que Miñoso recibe una rolata en tercera base, tira, vuela al inicialista y la bola da contra el palco de la prensa entonces instalado en las proximidades. Algunos de los chicos de la prensa tuvieron que agazaparse temerosos de ser decapitados, y Minnie, para tranquilidad de algunos periodistas, fue con el tiempo trasladado a los jardines.

El mayor impacto de Miñoso en el baseball cubano según algunos historiadores del baseball cubano, como Angel Torres y Charles Monfort, fue su reflejo en el pelotero de raza negra. Torres, radicado en Los Angeles que hizo el viaje para asistir al acto de hoy, dice que Miñoso con los Indios de Cleveland y los Medias Blancas de Chicago hizo a los magnates de las Granes Ligas fijarse más detenidamente en el jugador negro y latino. “El, y luego Roberto Clemente en Pittsburgh, fueron los ejemplos latinos a seguir en las ligas Americana y Nacional (respectivamente)”, dice Torres. Monfort, por su parte, no acaba de entender cómo Miñoso ha sido desestimado por Cooperstown. “Es injusto”, dice. “Fue un jugador completo”.

No olvidemos que Miñoso salta a las Mayores en 1949, sólo un año después que lo hiciera Jackie Robinson con los Dodgers de Brooklyn. Hoy, mas de medio siglo de aquel acontecimieinto, el negro y el latino constituyen la mitaad de los jugadores en los equipos de las Mayores.

En conclusión, más que sus records de dead balls o bolazos al cuerpo recibidos, más que su bajo número de strike outs o ponches, más que sus históricas apariciones en cinco diferentes décadas (incluyendo un par de veces al bate en los 70 y los 80), más que haber bateado cerca de .300 (exactamente .298) en sus quince temporadas completas, su más significativa distinción es haber contribuido a abrir el camino hacia las Grandes Ligas al pelotero negro cubano y, por extensión, al latinoamericano en general.

Orestes Minnie Miñoso, miembro inicial y visitante por primera vez al Templo de la Fama, recibirá hoy, al igual que otros atletas premiados, sentido reconocimiento del Templo de la Fama del Deporte Cubano. Y si Fausto y René serán particularmente recordados en solemnidad, Miñoso será recibido por los asistentes al almuerzo con una ruidosa ovación de pie, propia de la preciada reliquia, leyenda viviente e ídolo deportivo que es de nuestra Cuba chiquita del destierro.


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