viernes, 2 de febrero de 2007

02 de Febrero de 2007, 01:58pm ET

BOGOTA (AP) - Por lo menos 38 médicos cubanos que desertaron de la misión en Venezuela están atrapados en Colombia, que les negó refugio y esperan si Estados Unidos los asila.

Una política estadounidense emitida en agosto, dos semanas después de que Fidel Castro cedió el poder a su hermano, debería facilitarles obtener asilo desde terceros países.

Pero la petición de dos de estos profesionales fue rechazada por la administración de George W. Bush y el resto esperan temerosos, algunos desde hace seis meses, una respuesta del gobierno estadounidense, según grupo de apoyo en Miami y varios de los médicos que hablaron con la AP.

"Para mí es una ley ficticia", dijo Jorge Toledo, médico de 39 años.

Junto a su esposa Leticia Viamonte, una oftalmóloga, Toledo recibió el 27 de diciembre la notificación negándole su solicitud para entrar a Estados Unidos bajo el programa de Libertad Condicional para Médicos Cubanos Profesionales (CMPP, por sus siglas en inglés).

La decisión inapelable fue comunicada a la pareja en una carta, de la que The Associated Press tiene una copia, firmada por Barbara Strack, jefa de la división de asuntos de refugiados del departamento de Seguridad Interna.

Un vocero de la embajada de Estados Unidos en Bogotá dijo que no comentaría sobre casos específicos de asilo.

Joanna Gonzalez, vocera del departamento de Seguridad Interior, dijo que no comentaría sobres los médicos cubanos abandonados en Colombia, pero dijo que los solicitantes bajo el programa de CMPP "deben pasar un chequeo de antecedentes" como cualquier persona que quiera entrar a Estados Unidos.

Julio César Alfonso, presidente de la organización Solidaridad sin Fronteras basada en Miami, dijo que su organización asiste económica y legalmente a los médicos cubanos que tratan de salir de Colombia.

"No hay explicación por el retraso, estas solicitudes deberían haberse tramitado en un máximo de tres meses", dijo Alfonso, un doctor cubano que emigró a Estados Unidos hace siete años.

Antes del cambio de política, era difícil para los galenos cubanos que desertaban en otros países obtener visas de Estados Unidos porque se consideraba que vivían en esos países y por ende tenían pocos derechos para pedir protección a Estados Unidos.

La relajación de esas reglas, el primer paso concreto de Estados Unidos hacia Cuba desde que Castro se alejó del poder, recibió aplausos de grupos cubano-americanos.

Un vocero de la Cancillería colombiana no respondió llamadas y correos electrónicos requiriendo información sobre el estado legal de los cubanos.

Como Toledo y Viamonte, que viven en un pequeño apartamento en donde hasta los platos son prestados, la mayoría de médicos cubanos está viviendo en precarias condiciones porque no consiguen trabajo sin permiso del gobierno colombiano.

Toledo y Viamonte dijeron ser parte de nueve médicos que fueron a la embajada de Estados Unidos a presentar sus solicitudes de refugio el 11 de agosto, cuando el CMMP fue anunciado en Washington. Del grupo, uno ha sido aceptado, dos rechazados y el resto están en un limbo.

"En ningún momento pensamos que nos rechazarían", dijo uno de los seis médicos del grupo que habló bajo condición de anonimato porque teme sabotear sus oportunidades de obtener la visa. "Pero casi seis meses han pasado y no hay respuesta y después de la negativa a Jorge y Leticia nos estamos preocupando".

Como la mayoría de los médicos cubanos atrapados en Colombia, Toledo y Viamonte desertaron de Cuba tras cruzar ilegalmente a Colombia en diciembre del 2005.

Veinte días después de que Toledo regresó de otra misión médica en Gambia, la pareja llegó a Venezuela en agosto del 2003 como parte de la "Misión Milagro" que Cuba y Venezuela lanzaron para proveer cirugías de ojos a más de 375.000 pobres venezolanos y de Latinoamérica.

Cuba dijo el año pasado que 31.000 de sus médicos servían en misiones humanitarias en 68 países, pero la vasta mayoría están en Venezuela, unos 20.000. Se cree que más de 500 han huido de las misiones en el mundo en años recientes, dijo Alfonso.

En las afueras de Caracas, Toledo y Viamonte dijeron que eran forzados a trabajar siete días a la semana por poca paga y sus relaciones con los venezolanos eran vigiladas.

"No podíamos llamar a nuestras familias ni salir después de la 5 de la tarde, la guardia nacional de Venezuela y las autoridades cubanas nos controlaban a cada minuto", dijo Viamonte. "Nos cansamos de ser tratados como esclavos", añadió.

La pareja planeó su escape por un año. No se lo comentaron a sus padres o su hijo de 12 años, que vive con ellos, cuando fueron a Cuba de vacaciones en julio del 2005.

El día después de su escape, el 10 de diciembre del 2005, usaron cinco taxis para no dejar rastro de su paradero y tras una odisea de 12 horas cruzaron la porosa frontera colombiana.

Una vez en Bogotá, buscaron ayuda en la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), pero hasta ahora el gobierno colombiano sólo les dio un salvoconducto renovable cada tres meses.

Un colombiano los ayudó a sacar de contrabando de Cuba sus diplomas médicos y otros documentos que los acreditan.

Con la negativa estadounidense y de Colombia, ahora viven bajo el constante temor de ser deportados a Cuba.

"Nosotros no pedimos esta ley, pensamos que era milagrosa cuando el programa fue anunciado porque era tan explícito y claro... nunca creímos que nos rechazarían", dijo Toledo mientras contenía una mezcla de lágrimas y enojo.

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