SUSAN MILLER DEGNAN
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Arturo Martínez era un muchacho que amaba los deportes cuando cursaba el noveno grado en el colegio jesuita Belén de Miami, en los estudios sacaba A y corría a campo traviesa y jugaba basquetbol, cuando de pronto los médicos le extirparon cerca de la mandíbula un tumor del tamaño de una pelota de golf.
Días después de la operación, el resultado de la biopsia fue devastador para la familia: linfoma Hodgkin de grado 4.
El cancer había invadido ambos lados del cuello, y Arturo tuvo que someterse a un brutal régimen de quimioterapia y radiaciones.
Martínez, entonces con 14 años de edad, sólo quería saber una cosa: ¿Podré todavía jugar basquetbol?
Cubanoamericano estudió en Belén, le ganó al cáncer y juega con los Fighting Irish CARL JUSTE / MIAMI HERALD STAFF