Al escribir su testamento, en enero del 2003, Celia Cruz dejó establecido que ''todas sus pertenencias fueran a un museo o a una institución similar''. La Reina de la Salsa anhelaba que se conservara su legado.
Así que cuando el Museo Nacional de Historia del Instituto Smithsonian presentó en el 2005 una exhibición sobre Celia, a escasos pasos del sitial permanente de los presidentes de Estados Unidos, su sueño póstumo se hizo realidad.
Ahora Miami, donde su figura sigue siendo motivo de culto, podrá disfrutar de las seis décadas de ascendente carrera de la Guarachera de Cuba, pues el próximo jueves se estrena en La Playa el trabajo del Smithsonian, que revive el espíritu vigoroso de la diva y su voz de la alegría.
Han transcurrido cuatro años desde que la Reina de la Salsa dejó de gritar su inimitable ''¡Azúcar!'', pero su legado está ahora más patente que nunca con la exhibición ¡Azúcar! La vida y música de Celia Cruz en el Museo Bass, donde ya están calentando los bongoes y la clave ha empezado a sonar.
La muestra itinerante, que capta la energía, el talento y el glamour de la artista, destaca momentos importantes en su historia a través de fotografías inéditas, documentos personales, vestuario, secuencias de películas, videos y discografía.
Al escuchar el son de La negra tiene tumbao y ver su inolvidable vestido de bandera cubana ceñida al cuerpo, con la estrella en el pecho y volados tricolores en las mangas, los visitantes podrán evocar recuerdos, conectándose, cada quien a su manera, con el hilo que lo une a ella.
''La exhibición tiene mucha vitalidad y va a resonar aquí con la población latina más que en cualquier otro lugar'', afirmó Diane Camber, la directora del Bass, quien vio a Celia dominar el escenario del Tropicana en 1956, cuando ella visitaba Cuba en su luna de miel. ``Es una exhibición de cultura popular que tiene mucho significado en nuestra comunidad''.
El Bass estima que la exposición, cuyo cierre está pautado para el 19 de agosto, atraerá hasta 20,000 espectadores.
La muestra fue presentada en El Museo Afroamericano de California en Los Angeles, y previamente en el Museo Nacional de Historia en Washington, D.C., donde se le rindió tributo a la Reina de la Salsa ante cientos de miles de visitantes de las cuatro latitudes del globo.
La exhibición de Miami se presenta cronológicamente respetando el orden que siguió en Washington, con excepción de algunas piezas que incluyen instrumentos musicales que no pudieron acomodarse a un espacio más pequeño, acotó Marvette Pérez, la curadora de Historia y Cultura Latina del Smithsonian. En lugar de los objetos ausentes, se encuentran sus fotografías.
A lo largo de una espléndida carrera artística que la llevó desde un comienzo humilde en La Habana hasta el renombre mundial, Celia se convirtió en la reina de la música latina por antonomasia. Valiéndose de la combinación de su inconfundible voz, su fenomenal carisma y sus rimbombantes trajes de escena, fue de las pocas mujeres que triunfó en un mundo de la salsa dominado por hombres.
La retrospectiva comienza con su niñez y posterior debut con La Sonora Matancera, seguida por su partida de Cuba en 1960, su corta estadía en México y su radicación en 1961 en Estados Unidos, donde un año más tarde contrajo nupcias con Pedro Knight, quien falleció el pasado febrero.
Uno de sus mayores desconsuelos fue faltar al funeral de su madre, ''Ollita'', en 1962, porque el gobierno de Fidel Castro impidió su entrada a la isla. Celia se enteró del deceso mediante un telegrama de su prima ''Nenita'' que se muestra en el museo y dice: ``Gracias a Dios Ollita descansó. Espero tengas valor. Se hizo todo por ella. Te quiere, tu familia''.
Entre los exuberantes atuendos destacan la bata anaranjada con plumas y cuello adornado con pedrerías que vistió en los años 90, así como el llamativo turbante plateado y dorado con plumas y joyas de fantasía azules.
''Es como el regreso de Celia a casa, porque aunque no vivía en Miami, sentía que ésta era su casa'', aventuró Omer Pardillo, el presidente de la Fundación Celia Cruz.
''Sus admiradores siempre la veían en el escenario o en la televisión, pero no tenían la oportunidad de ver sus cartas o documentos con su fecha de nacimiento, que no le gustaba revelar. Hay muchas cosas que no creo que el público haya visto'', comentó Pardillo.
Con el alma de Celia Cruz presente, sus admiradores saborearán su divina energía y sed de vida, ayudados por la parte audiovisual, compuesta por videos que incorporan películas y fotos históricas del inicio de su carrera en Cuba, además de grabaciones en vivo y videos musicales al estilo MTV. También incluye un documental de 12 minutos con testimonios de la Guarachera y entrevistas originales con músicos, productores, críticos, familiares y amigos.
En la cinta se relata que en medio de una muchedumbre de fans, Celia una vez vociferó: ''¡Tócame, tócame, tócame!''. Luego entre risas explicó: ``Me quieren tocar para ver si soy de verdad''.
El tributo a Celia se hará aún más emotivo en Miami por la asistencia de su hermana menor, Gladys Becquer, de 71 años.
''Es un recordatorio muy lindo a mi hermana'', adelantó telefónicamente desde Nueva York. ``Yo voy a estar muy feliz, y creo que todos los cubanos estarán orgullosos. Para todos va a ser un placer, mi hermana es una gloria de Cuba''.
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