Con mucha pasión y muchas dificultades para su distribución, el director de cine Rolando Díaz filmó en Miami el largometraje Cercanía, una cinta sobre la relación de un padre con su hijo, la lucha por la supervivencia de los exiliados cubanos y los eternos y universales sobresaltos del amor. Residente en Canarias, España, Díaz filmó esta película motivado por su experiencia en el sur de Florida, y porque creyó firmemente que se la debía a sus dos millones de coterráneos radicados en Miami, Cuba y el resto del mundo.
El siguiente es un diálogo entre Contacto Magazine y Rolando Díaz sobre esta película, sobre el cine cubano y acerca de las oportunidades que los nuevos medios como Internet ofrecen al mundo del cine.
J.H.C.- Tocar la realidad cubana desde el exilio es una meta compleja. ¿Cómo surgió la idea de Cercanía y cuál es el propósito de la película?
R.D.- La película surge de una necesidad apremiante; tenía que contar mi experiencia en Miami, pues aunque vivo en las Islas Canarias, España, visito con mucha frecuencia esta ciudad y le debía esta película a los cubanos, de dentro y de fuera. De alguna manera, es la experiencia de una buena parte del exilio, donde quiera que esté y sabía que también llegaría, a pesar de prohibiciones, con mucha fuerza a Cuba, como de hecho está sucediendo.
Otra cosa que me animó fue contar algo que mi hermano Jesús había limitado a la mirada de los de adentro (como lo hubiera hecho yo en aquel entonces) en su película de inicio de los 80, Lejanía. Quería complementar aquel acercamiento con una visión que estoy seguro Jesús, ya fallecido en el exilio, compartiría hoy, aunque por supuesto, que él la habría contado de otra manera. Quise hacer ese homenaje a mi hermano, una persona muy importante en mi vida.
Y la complejidad de la meta se hace más evidente a posteriori, una vez concluída la película. Cercanía es un film difícil de colocar en el mercado del Cine Alternativo y los festivales, muy dominados por la izquierda de mirada simplificadora u oportunista que cierra las puertas a este tipo de historias no vista con buenos ojos desde la Cuba oficial. Lo único que queda es la satisfacción de haberla realizado, pero como sabemos, no es suficiente, aunque siempre queda la esperanza de que algún día estas películas (Cercanía no es la única que ha corrido esa suerte) ocupen el lugar que les corresponde.
J.H.C .- Por lo que hemos visto, el elenco está formado por actores fuertes. ¿Cómo se produjo el proceso de componer ese elenco?
R.D.- No fue difícil hacerlo, en Miami reside una gran cantidad de actores cubanos de todas las generaciones, actores de calidad y prestigio. Muchos son buenos amigos míos y escribí el guión para los intérpretes que están en la película. Fue un gran privilegio para mí tener como protagonista principal a Reynaldo Miravalles y haber gozado de la confianza del resto del reparto. El crítico norteamericano Greg Baker escribió en el Miami New Times a proposito del estreno de Cercanía que Reynaldo Miravalles, Carlos Cruz y Ana Viña ( tres de los protagonistas de la película) son el equivalente para el cine cubano a lo que son Robert Duval, Jamie Foxx y Dianne Keaton para el cine norteamericano. Comparto su criterio.
J.H.C.- Los cineastas cubanos que viven fuera de Cuba se quejan de que tienen pocas oportunidades para producir temas cubanos. ¿Ha sido éste tu caso? ¿Has afrontado algún tipo de censura o limitaciones en este sentido?
R.D.- Censura de ideas ninguna. Escribí y realicé la película en absoluta libertad. Pero los recursos económicos fueron pocos, y aunque aportados con gran ilusión por mi pequeña empresa española y la ayuda de una fundación internacional, fueron los amigos y la familia los que pasaron un inmenso trabajo para poderla sacar adelante junto conmigo. El problema grande, que ya anuncié, viene a la hora de distribuir una película pequeña. Es catalogada de "local" por las grandes compañías de Hollywood que han proclamado que no les interesa el tema cubano, y como ya expresé, la indiferencia del resto del sistema; distribución y festivales, nos coloca en una situación difícil. La película es arrinconada y aunque el éxito en Miami y entre los cubanos en general, es muy alto, se produce un extraño proceso que la limita a otros públicos, cuando en realidad lo que cuenta el film es muy universal: El reencuentro de un padre y un hijo, separados por la emigarción y el exilio. La soledad de la vejez y el deseo de no dejarse vencer bajo ninguna circunstancia adversa y el amor, que es válido y hermoso a cualquier edad de la vida.
La universalidad del film la comprobamos en la premiere que realizamos en Berlín, ante un público compuesto en un 98% por alemanes, la respuesta fue muy cálida y cercana al conflicto de la historia. Me parecía estar en un cine de Miami, que recibió la película con extremo calor humano. Por cierto, que esa exhibición la preparó el cineasta cubano Fernando Pérez con el apoyo de los Cines Arsenal, toda una institución en Berlín.
J.H.C .- ¿Cuál es el presente - y el futuro - del cine cubano luego de la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la Unión Soviética, es decir en el nuevo orden de hoy día?
R.D.- El cine cubano, en palabras mayores y siendo exigentes, está estancado. Será muy difícil, desde mi punto de vista, que hagamos, ni los de adentro, ni los de afuera, una sostenida cantidad de películas de calidad. Estamos demasiado sumidos en la inmediatez de nuestros asuntos, de una manera exageradamente próxima y pasional, en ocasiones también pretenciosa y el buen cine necesita de la distancia, de la reflexión a fondo, de la calma y la sencillez en la complejidad, circunstancias de las que, desdichadamente, por ahora, los cubanos no parecemos disfrutar. También necesitamos un clima de diálogo, de discusión de altos vuelos en lo artístico, abierta y sin barreras de ningún tipo y el momento no es nada propicio para eso. La Cuba fracturada continuará así por un tiempo. Al menos ese es mi criterio.
En cuanto a la producción referida a la cantidad de películas, el cine de adentro lleva ventaja al del exilio. Las subvenciones y las ayudas internacionales de diverso tipo, generalmente interesadas, continuarán llegando a la Isla, muchas veces respaldadas por organismos o cinematografías que ven un espacio de beneficio para invertir pequeñas cantidades que después hacen fácilmente rentables por los sistemas de ayuda al cine que tiene, por ejemplo, la Unión Europea. También se debe tener en cuenta que en Cuba existe la infraestructura que brinda el organismo estatal, el ICAIC que ofrece un fuerte apoyo y por ende, abarata el costo del producto.
Por su parte el cine del exilio sufrirá siempre el hecho de la discriminación al referirse al tema cubano y la tremenda eficacia de una brutal maquinaria propagandística al sevicio de demonizar y marginar (con más o menos sutileza en dependencia del caso y con toda la fuerza que conservan aun) todo lo realizado fuera de Cuba. A esto se suma la dificultad para producir por estos lares, donde sino hay resultados económicos, las cosas no funcionan. Así de claro. La única esperanza es sensibilizar a nuestro espectador y a posibles inversores y continuar insistiendo en la verdad que nos asiste.
J.H.C .- La cultura de masas ha triunfado a través de la televisión y la supertecnología del nuevo cine casi computarizado ¿Queda algún espacio para el cine de autor en este nuevo esquema, o está muerto?
R.D.- Muerto no está. Se da una contradicción, producir se hace y se hará más barato, las nuevas tecnologías digitales lo permiten, pero se chocará con la posibilidad de distribuir, que aunque es un sector que también se hace más abierto y accesible con la digitalización, sigue siendo difícil de penetrar a lo grande, sobre todos para productos tan específicos como podrían ser las películas cubanas realizadas desde el exilio por los motivos que ya he expresado anteriormente.
J.H.C .- Internet se ha consolidado como un nuevo medio. ¿Hay nuevas posiblidades para la producción cinematográfica en Internet o alrededor de Internet?
Internet, referido a este tema, es la libertad casi absoluta. Se puede producir y colgar en la Red lo que uno desee, pero sino viene la suerte, inesperada y caprichosa que te coloque en el número uno (Las Chongas de Hialeah son el ejemplo cercano más reciente en You Tube) se necesita de una gran publicidad y el "boca a boca", salvo muy contados casos, no puede suplirla. ¿Cómo das a conocer tu producto? Esa sigue siendo la gran pregunta. Para Internet y para lo que no es Internet. Es por eso que las grandes compañías del Audiovisual dedican más de la mitad de sus presupuestos al marketing y al mercadeo. Lo importante es que la gente se entere de lo que produces, incluso es más importante que la calidad del producto en sí, y eso es dramático para el cine independiente.
J.H.C .- Cómo se puede ver o adquirir Cercanía? ¿Algún sitio web o dirección fisica?
R.D.- En el caso específico de Cercanía, la película se puede comprar en Internet visitando la página web de la película o la de la compañía que la distribuye, LunaAzulFilms.