BY WILFREDO CANCIO ISLA
EL NUEVO HERALD
El cabecilla de una activa red de contrabando humano del sur de la Florida fue condenado a 10 años de cárcel por su participación en numerosos viajes ilegales para introducir inmigrantes cubanos en territorio estadounidense.
Luis Pérez, de 30 años, residente de Loxahatchee, Palm Beach, fue sentenciado el pasado viernes por el juez federal Daniel T. Hurley, en el primer veredicto en torno a un intrincado caso de tráfico humano que provocó la muerte de un pasajero en el 2007.
El acusado de declaró culpable por la organización de una red de contrabandistas que introducían cubanos indocumentados en Estados Unidos a un costo de $10,000 por persona. Según confesó a los investigadores, los pasajeros debían pagar la suma completa al final de la travesía o permanecían retenidos en el garaje de Pérez hasta que un familiar viniera a rescatarlo dinero en mano.
Pérez es uno de los seis acusados en el trágico operativo, que terminó en naufragio frente a las costas de West Palm Beach la madrugada del 15 de noviembre del 2007.
Un total de 34 cubanos --17 hombres, 12 mujeres, tres adolescentes y dos menores-- sobrevivieron tras zozobrar la embarcación donde viajaron desde los cayos de Bahamas. La lancha, de 33 pies de eslora, estaba sobrecargada y apenas contaba con cinco salvavidas, según dijeron las autoridades federales.
El cubano Carlos Alberto Pons Arias, de 39 años, murió ahogado mientras trataba de alcanzar tierra firme en medio de un fuerte oleaje.
El caso desencadenó una intensa investigación de la Policía del condado de Palm Beach y agentes especiales de diferentes dependencias federales. Las revelaciones de la pesquisa llegaron incluso a que la fiscalía valorara solicitar la pena capital para los acusados Pérez, Maikel Soto, de 28 años y residente en Homestead, y Aurelio Sánchez Ortega, de 19 años y conocido como ''El Menor'' dentro de la banda.
El compromiso de la fiscalía derivó en la aceptación de la culpabilidad de Pérez, quien organizaba los operativos de contrabando desde Palm Beach.
La banda operaba con amplia movilidad y contactos en el sur de la Florida. El yate --incautado tras el naufragio-- había sido fichado en dos ocasiones por la Policía del condado de Collier y una tercera en las costas de Naples bajo sospechas de contrabando.
Durante la pesquisa se determinó que uno de los integrantes de la banda, Angel Julio Navarro Lliteras viajó a Cuba cinco días después del incidente, el 20 de noviembre del 2007, en un vuelo fletado de la empresa Gulfstream Airlines, y retornó el 9 de diciembre por el aeropuerto de Miami.
El caso tiene fijada una audiencia para el acusado Soto el próximo jueves en un tribunal de West Palm Beach.
El juez Hurley dictará sentencia contra el acusado Duany Jiménez, de 24 años, el 17 de abril.
De acuerdo con datos de la fiscalía federal del sur de la Florida, la ofensiva contra el contrabando humano por vía marítima condujo al procesamiento de 125 casos y 217 acusados durante el pasado año. En la casi totalidad de las operaciones se trata de trasiego de ilegales a gran escala, mediante embarcaciones con motor y equipadas con tecnología moderna.
En el 2007 se procesaron 60 casos y 113 acusados.
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