El Pais.com
ANTONIO CAÑO - Washington - 18/04/2010
La audiencia de su gira en autobús no ha sido muy numerosa pero la pasión que desata es considerable. Es difícil saber aún la verdadera valía y la suerte final de Marco Rubio. Él mismo se confiesa sorprendido de su éxito y reconoce que no sabe cómo acabará todo esto, pero lo cierto es que, de momento, es la estrella emergente del Partido Republicano, quizá de la política norteamericana, el rostro en el que se reconoce toda una nueva generación conservadora de EE UU.
Su recorrido durante unos días de esta semana por el Estado de Florida, donde compite por un escaño del Senado, ha sido la carta de presentación de su candidatura y la primera oportunidad de exponerse masivamente a los ojos del público. Como político es todavía un desconocido; como símbolo, algunos lo comparan ya con Barack Obama.
"Yo no sé si tiene cualidades para ser senador; lo que sí sé es que es un muchacho honrado y de sólidos principios, más de lo que puede decirse de la mayoría de los políticos", afirma un ciudadano de Coral Gables, donde Rubio tiene la sede de su campaña...
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