GORETTI REDONDO
La Opinion.es
SANTA CRUZ DE TENERIFE Los ritmos cubanos de la batería de Ignacio Berroa se mezclan con el jazz norteamericano y sus manos se mueven por las músicas del mundo, siempre marcando el compás. Berroa se dedicó a la experimentación en sus primeros años en Cuba, ya en Nueva York trabajó con los grandes desde Dizzy Gillespie, hasta Chick Corea. Este jueves 2 llega al Auditorio de Tenerife Adán Martín con su banda para subir al escenario canciones de su disco Codes y mostrar al público temas que nadan entre el jazz y la música afrocubana, no es latin-jazz ni jazz puro, es pasión por seguir buceando en nuevos ritmos.
–A pesar de que comenzó su formación como violinista, acabó dedicándose a la batería. ¿Qué le acercó a la percusión?
–Lo que me acercó a la percusión fue el interés por la música de jazz. Mi padre llevó a casa cuando era pequeño un CD de la orquesta de Glen Miller y otro disco del famoso cantante norteamericano Nat King Cole y cuando escuché esa música me fascinó la batería y partir de ese momento empezó mi distanciamiento del violín, que fue mi primer instrumento porque mi padre también es violinista...
–A pesar de que comenzó su formación como violinista, acabó dedicándose a la batería. ¿Qué le acercó a la percusión?
–Lo que me acercó a la percusión fue el interés por la música de jazz. Mi padre llevó a casa cuando era pequeño un CD de la orquesta de Glen Miller y otro disco del famoso cantante norteamericano Nat King Cole y cuando escuché esa música me fascinó la batería y partir de ese momento empezó mi distanciamiento del violín, que fue mi primer instrumento porque mi padre también es violinista...
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