WINSTON MANRIQUE SABOGAL / Madrid
11 NOV 2015 - 21:08 CET
El Premio Loewe de Poesía marcha por segunda vez consecutiva a Latinoamérica por partida doble. Y esta vez con un añadido: los dos poetas distinguidos son también periodistas, traductores y promotores de la poesía de sus respectivos países. Son el cubano Víctor Rodríguez Núñez (La Habana, 1955), ganador del Loewe Internacional por su poemario Despegue, y la ecuatoriana Carla Badillo Coronado (Quito, 1985), que logra el galardón de Creación Joven por El color de la granada.
Despegue “es un libro de veta cubana, osado, auténtico, con serenidad en el conflicto, que une el irracionalismo y la inmediatez social”, consideró el jurado de esta 28ª edición. Luis Antonio de Villena, uno de sus componentes, opina que el poemario se sustenta en dos partes: “La literaria con un barroquismo comunicativo y el lado reivindicativo sobre la realidad de Cuba, del mundo que debe cambiar”.
“este país se nos fue de los pies / y tomó otro camino / con su densa rutina / que ni una rumba puede alebrestar”. Eso escribe Rodríguez Núñez, quien vive en Ohio (EE UU) desde hace veinte años. Desde allí dice, por teléfono: “Entre los maizales y los bosques de Ohio la naturaleza dejó de ser transparente para mí, como lo era en Cuba, y hoy casi está en el centro de mi trabajo, como se puede notar en despegue y otros libros que se han publicado antes en España”. Entre ellos figuran reversos (Visor), desde un granero rojo (Hiperión) y deshielos (Valparaíso).
“Entender el mundo”
Lo que el poeta busca en su obra es “entender el mundo, lo que pasa, lo que me pasa. La poesía es una de las herramientas más importantes del ser humano; nos ha ayudado a vivir desde el principio. Por eso me molesta mucho cuando la definen como un género literario. La poesía es anterior a la literatura, a la escritura, y llegará más lejos. Buscará maneras de manifestarse que ni siquiera podemos imaginar en nuestros días. No me preocupa para nada que no sea un objeto de consumo masivo en nuestro tiempo. Posiblemente es la única cosa que la llamada sociedad moderna no ha podido convertir en mercancía. Esto es una prueba irrefutable de que tiene un núcleo humano que nada ni nadie puede reducir".
Desde hace una década, Rodríguez Núñez no tiene temas concretos. Ha renunciado al poema como composición: “Dejo que los temas se mezclen entre sí, como en la vida real, a salvo de la coherencia, de la violencia del sentido. Sin embargo, en despegue, hay un tema que sobresale, y es la experiencia del exilio. El libro parte del único poema que Juan Gelman —más que mi maestro, mi padre— nos dedicó a mi hija Miah, mi compañera Kate y a mí. Cuando Juan murió, en enero de 2014, releí ese poema y entonces entendí su mensaje. El libro premiado es un diálogo con Juan y por eso lleva como exergo sus versos: ‘El alma despegada contempla / las partes de sí que no partieron”.
800 participantes
A esta 28ª edición del premio se presentaron 801 poetas de 29 países. Un 27% procede de Hispanoamérica, con México, Argentina, EE UU, Chile y Colombia, por este orden, como países con mayor índice de participación. El resto procedía de España. Un 16% son menores de 30 años.
El premio está dotado con 20.000 euros en la primera categoría y con 7.000 en la de Creación Joven.
Los dos títulos se presentarán en marzo de 2016, bajo el sello de la editorial Visor.
Le interesa fundamentalmente la comunicación con el lector, pero dice: "he renunciado a darle explicaciones, sobre todo a manipularlo emocionalmente o a ofrecerle moralejas. Busco un lector activo, que participe en la creación del poema, y así ceder la autoridad, democratizar la actividad poética. Uno de los recursos que más uso es la elipsis, para así dejarle al lector el trabajo de conectar las ideas, de completar el sentido. También uso bastante el encabalgamiento, para que el sentido vaya más allá de los límites del verso, de la estrofa, del poema. Cuando un texto tiene un mensaje explícito y no va más allá de sí, para mí pierde toda la gracia e incluso el sentido. Espero entonces la colaboración de los lectores españoles, ya saben que mis poemas también les pertenecen".
En la actualidad, Rodríguez Núñez edita la serie latinoamericana de la editorial británica Salt y es subdirector de la revista literaria mexicana, La Otra. Es doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Texas en Austin, es catedrático de esa especialidad en Kenyon College, Estados Unidos. Rodríguez Núñez fue durante la década de 1980 redactor y jefe de redacción de la revista cultural cubana El Caimán Barbudo. Como promotor de la poesía hispanohablante ha entrevistado a varios poetas, varias de las cuales están recogidas en La poesía sirve para todo (2008)
El jurado estuvo presidido por Víctor García de la Concha y compuesto por De Villena, Francisco Brines, José Manuel Caballero Bonald, Antonio Colinas, Óscar Hahn (ganador del año pasado), Cristina Peri Rossi, Soledad Puértolas y Jaime Siles.
Joven poesía
De El color de la granada, el jurado destaca que “es un libro de una gran madurez y concisión, que decanta temas eternos, pero con una gran frescura expresiva y originalidad para la edad de la autora”. Lo que la poeta busca es “despertar sentidos”. Carla Badillo Coronado ha publicado los poemarios Partituras Incompletas (apuntes de música y otras obsesiones) —Premio Nacional de Poesía César Dávila Andrade 2011— y Belongings / Pertenencias (2011). Su trabajo periodístico lo ha desempeña actualmente en la Casa de la Cultura Ecuatoriana. Ha colaborado con revistas y antologías de Ecuador, Estados Unidos, España e Italia, y ha sido traducida a varios idiomas. Ahora revisa la traducción del libro Selected Poems de la poeta norteamericana Mary Ruefle.
La poeta ecuatoriana también escribe prosa: "Mi profesión de periodista me ha llevado a buscar, también en este campo, algo más de lo que la mayoría de colegas normalmente buscan. Para mí no basta con escribir bien una historia o estructurarla de manera correcta en términos informativos. También aquí quiero volar los sesos de mis lectores, que se queden pensando, descubrirles cosas y que ellos sigan buscando sus propias respuestas por su cuenta. Creo que es un género al que se puede sacar mucho provecho".
El tiempo, la memoria, los colores, la supremacía de lo sencillo, el silencio, el origen de las lenguas y la música son algunos de sus asuntos. Y el amor, misterioso y turbador, según Colinas, sobre el cual escribe: “Miserables los que clavaron una roca en su pecho / para no correr el riesgo de enamorarse como yo”.
Enrique Loewe (i) y su hija Sheila Loewe (4d), junto a los miembros del jurado que ha fallado este miércoles los ganadores del XXVIII premio Loewe de Poesía, presidido por el director del Instituto Cervantes, Victor García de la Concha (2i), y formado por algunos de los poetas vivos más importantes: Jesús García Sánchez (3i), Jaime Siles (4i), Antonio Colinas (c), Luis Antonio de Villena (3d), Soledad Puertolas (2d) y Oscar Hahn (d). / EMILIO NARANJO (EFE)
Tomado de: El Pais.com
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