lunes, 12 de noviembre de 2012

La actriz creó el personaje de Pelusín del Monte
ARTURO ARIAS-POLO
AARIAS-POLO@ELNUEVOHERALD.COM

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Carucha Camejo posa con Pelusín del Monte, uno de los personajes más populares de la televisión cubana en la década de 1960. Cortesía / Artefactus

La actriz cubana Carucha Camejo falleció el sábado 10 de noviembre a las 4:12 p.m. en un hospicio del Riverdale, Nueva York. Tenía 84 años.

Camejo fue una de las fundadoras del Teatro Nacional de Guiñol de Cuba junto con su hermano José y el teatrista Pepe Carril, ambos fallecidos.

“Murió muy tranquila. Aunque llevaba algunos días un poco ‘desconectada’, a veces nos saludaba y se volvía a dormir. Mi hermana Berta estaba con ella en el momento de su fallecimiento”, explicó a El Nuevo Herald su hermano Perucho Camejo, de 73 años, titiritero de profesión y residente en Nueva York.

Tras destacarse como actriz en los escenarios habaneros en la década de 1940, Carucha Camejo incursionó en la televisión con varios programas de títeres dirigido al público infantil. Años después dio a conocer a Pelusín del Monte, un muñeco que acaparó la atención de la teleaudiencia durante varios años.

A partir de 1956 los Camejo se unieron a Carril para fundar lo que más sería el Teatro Nacional de Guiñol, cuya sede permanente ocupó la sala del antiguo cine Focsa en la barriada habanera de El Vedado desde 1963. Allí crearon un taller del cual surgieron nuevos cultivadores del teatro para niños.

“Era una gran motivadora y una artista completa”, recordó la actriz Laura Zarrabeitia en Miami, quien trabajó con la compañía desde que actuaban en un parque de La Habana. “Durante los cuatro años en que permanecí en el grupo aprendí a diseñar los títeres. El ambiente era muy creativo”.

Zarrabeitia participó en La loca de Chaillot, El malefecio de la mariposa y Las cebollas mágicas.

El repertorio del Teatro Nacional de Guiñol incluía, entre otras obras infantiles, El pequeño príncipe, El patito feo, La cenicienta y una selección de piezas para adultos que hicieron época. Entre los títulos más recordados figuran Ubú rey, La caja de los juguetes y Don Juan, que le valió a Camejo una mención en el VI Festival de Teatro Latinoamericano de La Habana y un sinfín de elogios de la crítica y público de Polonia, Checoslovaquia y Rumania.

Tanto los Camejo como Carril “desaparecieron” de la escena cubana durante el llamado quinquenio gris (1971-76), un proceso de purgas que impidió ejercer su trabajo a un gran número de figuras de la cultura cuyas ideas políticas y preferencias sexuales no se correspondían con los parámetros requeridos para ser un artista revolucionario.

“Cuando clausuraron el Guiñol Nacional fue como si le arrancaran la vida. Sólo el nacimiento de su nieto Adrián la hizo olvidarse un poco de la pérdida”, dijo su hija Bárbara Pumpido desde Fort Lauderdale, quien la recuerda como una mujer que jamás separó su rol de madre de su profesión.

“Era una persona muy creativa. Para ella la casa y el teatro eran lo mismo. Con ella siempre estábamos pintando, cantando o leyendo. Hasta cocinando estaba haciendo arte”, evocó.

A principio de la década de 1980 la actriz salió de Cuba vía Venezuela, donde vivió poco más de un año, y luego se estableció en Nueva York.

Camejo viajó a Cuba en dos ocasiones para ver a su hija Mirta. En el año 2001 recibió un homenaje en el Teatro Sauto de Matanzas.

En mayo pasado, la artista pasó a ser Miembro de Honor de la UNIMA (Unión Internacional de Marionetas), durante la celebración de su vigésimo primer congreso, celebrado en Chengdú, China.

Perucho, el menor de los Camejo, dijo que la actriz “estaba muy deprimida y deteriorada por los años”. Entre sus recuerdos de juventud, permanece la imagen de una mujer elegante y afable.

“Mi hermana era una mujer muy bella y elegante. Si se ponía una prenda barata, parecía que llevaba un diamante. Además, era una actriz excelente y buena directora”.

Además de sus hijas, fruto de su matrimonio con el ejecutivo de televisión Héctor Beltrán, ya fallecido, a la actriz le sobreviven dos nietos, la escritora Karla Pumpido y el artista plástico Adrián Soca.

Sus familiares harán una misa de recordación en enero.

El martes 18, día en que Caridad Hilda Camejo González cumpliría 85 años, en el Teatro Nacional de Guiñol de Cuba se presentará el libro Mito, verdad y retablo: el guiñol de los hermanos Camejo y Pepe Carril (Ediciones Unión), de los autores Norge Espinosa y Rubén Darío Salazar.

Tomado de: El Nuevo Herald

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