domingo, 21 de julio de 2013

Alfonso Chardy
achardy@elnuevoherald.com

Emilio GonzálezEmilio González es un ex militar, profesión en la cual el patrullaje de zonas asignadas es fundamental para el éxito de la misión.

Como nuevo director del Departamento de Aviación del Condado Miami-Dade, González sistemáticamente “patrulla” el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA), la terminal aérea más importante bajo su jurisdicción.

“Camino por este aeropuerto todos los días”, dijo González, de 56 años, durante una reciente entrevista con El Nuevo Herald en su oficina en MIA. “Me quito la identificación y camino y escucho lo que se dice. Al mismo tiempo, estoy tratando de inculcar una cultura de servicio. Si puedo recoger un pedazo de basura, ¿por qué no otros también? O si veo a una pareja que se encuentra perdida en la terminal, me detengo y les pregunto, ‘Hola, ¿puedo ayudarles?’ Liderazgo por caminata es como le llamo yo”.

Desde que tomó posesión del cargo como director del Departamento de Aviación del Condado, González ha puesto la mirilla en no sólo terminar la vasta renovación de la terminal aérea sino también convertirla en un aeropuerto de clase mundial, donde los viajeros puedan abordar los aviones eficientemente y sin problemas o, viceversa, poder llegar rápidamente y sin contratiempos a sus hogares u hoteles ya sea utilizando automóviles, autobuses, trenes o taxis.

MIA no es solo uno de los aeropuertos internacionales más importantes del país, sino también el principal motor económico de Miami-Dade.

“Esto no es solo la puerta de entrada al continente, sino la joya de la corona para la economía del condado”, dijo González.“No importa a dónde uno vaya por el mundo, la gente reconoce el nombre de Miami. Así que este aeropuerto tiene de por sí una increíble marca que tenemos que proteger. Asimismo tenemos que crecer y tenemos que mejorar. Mi objetivo aquí es hacer de este lugar un aeropuerto de clase mundial. Tiene que ser una experiencia de clase mundial para el viajero que viene a Miami o si los visitantes no van a venir a Miami”.

Una de sus prioridades es mejorar el servicio de taxis debido a frecuentes quejas que ha recibido de parte de viajeros sobre cómo han sido tratados por algunos conductores.

“Es una prioridad para mí porque los pasajeros llegan aquí y su primera experiencia en el sur de la Florida es el aeropuerto”, dijo González. “Su segunda experiencia es al subirse a un taxi que los lleva a donde quieren ir y a menudo esto no es una buena experiencia”.

MIA ocupa el primer lugar en la nación en el manejo de carga internacional y el segundo en pasajeros internacionales, con un promedio de más de 100,000 viajeros que pasan por la terminal aérea todos los días.

Aunque González no tiene experiencia en la aviación, sí tiene experiencia en el manejo de operaciones complejas.

Como jefe del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) entre el 2006 y el 2008, durante el segundo mandato del presidente George W. Bush, González logró racionalizar un sistema migratorio que desde hacía décadas se había anquilosado. Cuando González llegó a USCIS, la agencia se había convertido en una máquina de retrasos donde era común que los inmigrantes tuvieran que esperar años para recibir residencia o ciudadanía.

Pero para cuando González se retiró de la USCIS, la espera por una tarjeta verde o un certificado de ciudadanía se había reducido a meses. También dejó un legado de nuevos edificios donde los inmigrantes tienen una experiencia mucho más agradable que en el pasado reciente.

Hasta unos pocos años, miles de inmigrantes tenían que esperar en largas colas durante horas fuera del antiguo edificio del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) en la Avenida Biscayne Boulevard para poder pedir tarjetas de residencia o permisos de trabajo. Hoy en día, no hay colas y los documentos migratorios se entregan en edificios modernos, amplios y cómodos.

Los padres de González salieron de Cuba el 8 de mayo de 1961. La familia, incluyendo a Emilio, que entonces tenía 4 años de edad, y su hermana Ileana, de 7, abordaron el buque español Satrustégui con destino a Venezuela, donde la madre de Emilio, Olga González, tenía familiares.

Después de pocos meses en Venezuela, la familia se trasladó a Tampa, donde el padre de Emilio tenía socios comerciales debido a sus conexiones con la industria del tabaco en Cuba.

González tenía 9 años cuando sus padres se hicieron ciudadanos estadounidenses en una ceremonia de naturalización en Tampa.

Más tarde, como estudiante, asistió a la Universidad del Sur de Florida, en Tampa, de donde se graduó en 1977 con una licenciatura en relaciones internacionales. González también obtuvo una maestría en estudios latinoamericanos en la Universidad de Tulane en Louisiana, un doctorado en relaciones internacionales en la Universidad de Miami y una maestría en estudios de seguridad nacional del Colegio Naval de Guerra de los Estados Unidos.

González estudió mientras servía en el Ejército estadounidense, en el que estuvo durante 26 años, con puestos alrededor del mundo. Finalmente llegó a tener el grado de coronel, dictó cursos en West Point y se desempeñó como agregado militar en las embajadas de Estados Unidos en México y El Salvador.

En el año 2000 González se desempeñó como asistente especial del general de la Marina Peter Pace, que entonces era comandante en jefe del Comando Sur con sede en Doral.

En el 2002, González se sumó a la administración del presidente Bush como director de asuntos del Hemisferio Occidental dentro del Consejo de Seguridad Nacional, manejando asuntos sobre Cuba.

Después de esa misión, González regresó a Miami para trabajar con Tew Cárdenas, una firma de abogados que cabildea en Washington. González ayudó a la empresa a ampliar su base de clientes en América Latina.

La esposa de González, Gloria Aristigueta, era maestra de primaria y preescolar en Miami, pero se ha retirado de esa profesión.

“Ahora es abuela de tiempo completo”, dijo González, refiriéndose orgullosamente a su nieto de 8 meses de edad, Noah, hijo de una de sus dos hijas, Gloria. La otra es Victoria, quien trabaja para la Fundación Hawn, un grupo que ayuda a enseñar a los niños habilidades sociales y emocionales.

Después de terminar su cargo en USCIS , González volvió al sector privado convirtiéndose en el representante en Miami de la multinacional de tecnología española Indra.

Tomado de: El Nuevo Herald

AddThis Social Bookmark Button


0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario. Le agradecería que facilitara una dirección de correo electrónico válida en el caso de que necesite alguna precisión. Gracias.

Popular Post

BTemplates.com

Categories

Random Post

Popular Posts

Blog Archive