domingo, 1 de diciembre de 2013

Wendy Guerra

A continuación publico la carta que me enviara una gran amiga a su llegada a Estados Unidos.

Muchas veces nos preguntamos cómo es el proceso que ocurre dentro de los cubanos que piden asilo en la frontera mexicana. Qué sienten o qué piensan sobre todo lo que les ocurre en la travesía. Sea este pequeño escrito, la huella de una muchacha que salió de su casa hace dos semanas a buscar lo que ella considera como "un futuro mejor".

¿Es una locura dejar todo y empezar de nuevo? ¿Es un riesgo que una mujer sola se aventure en semejante ruta? Nuestras opiniones sobran. Lo que importa hoy es su testimonio de éxodo.

A ella y a todos los que en este momento hacen su viaje a lo desconocido, su rompimiento, su cambio de vida, va dedicado este Habáname.

Mi querida Wendy:

Disculpa la demora en contestar, empecé a escribirte muchas veces desde que llegue aquí y por una razón u otra no terminaba. Son demasiadas emociones y me cuesta traducir todo lo que tengo agolpado en el pecho, mis experiencias y sentimientos, es una lástima que no vivas algo semejante pues aquí la escritora eres tú y puedes escribir un libro con este proceso para que todos lo entiendan.

Te cuento que hice un viaje increíblemente rápido, llegue al DF y corrí para no perder el vuelo a Tijuana. A las 3:30 hora del oeste estaba yo en la frontera donde pedí asilo, me atendieron con respeto y amabilidad, me dieron de comer y hasta dormí allí, recostada, haciendo un recuento de todo lo vivido, pues siempre me pregunto si hago bien o mal; el caso es que ya estaba allí y no era momento de titubear ¿para qué?... Por fin, como a las 2 de la mañana me quedé dormida, aunque los nervios casi no me permitían relajarme, el cansancio me venció. Afortunadamente me dejaron ir al otro día a las 6 am, ya con mis datos tomados y la disposición de salir a comerme este otro mundo que yo desconocía. Si tú me ves, mi amiga; salí caminando como si todo aquello fuera natural para mí. Estaba sola en aquella inmensidad, atravesé la calle al amanecer, tenía el cuerpo entumecido del frío y... de nuevo a correr porque se me iba el bus (la guaga) jajaja, mis amigos me recogieron en Los Ángeles y ya tú sabes la alegría que me causó encontrarlos 30 años más tarde. Bueno, fuimos a comer comida italiana y a pasear por la ciudad, pero como ellos sí están en la concreta y se conocen el mecanismo americano, me propusieron empezar los papeles en ese momento (llegando) y así hicimos, ese mismo día me dieron la ayuda de comida, es una tarjeta (otra vez la libreta de abastecimiento) jajaja con $185 en comida todos los meses, eso incluye una cantidad de comida enorme. Todo ese arsenal ante mi vista me choca un poco, se me quitan las ganas de comer chocolates y chucherías sabiendo que en Cuba mi familia adora esas cositas y aquí es tan abundante y barato ¡del carajo! en fin espero mañana me den la ayuda económica que son $317 mensuales hasta que tenga trabajo y seguro médico.

Lo único desagradable que me ha pasado es darme cuenta de que mi ex, al que yo creía mi amigo, y al que como sabes tanto ayudó mi familia en Cuba, se ha convertido en un estúpido que guarda distancia, no da la cara y solo ha querido hablar por teléfono conmigo dos veces. Es duro escuchar la voz de alguien que fue tu marido 7 años y sentirlo como un extraño con acento gringo. Dice que no puede hacer nada por mí. En fin, que se acabó todo de verdad, su cariño, su familiaridad y su apoyo eran mentira (justo cuando más lo necesito) así es la vida. Aquí me están ayudando los que menos esperaba me ayudarían. Evelio es aquí en Estados Unidos, el amigo al que mejor le va económicamente, pero no quiere saber nada del pasado. Wendyta hay que cuidarse pues parece que el dinero afecta la cabeza si se gana de forma fácil.

En fin, por lo demás todo bien, esperando el permiso de trabajo que va a demorar 3 meses, en ese tiempo pienso afilarme en el inglés, es una lástima porque ahora tenía algunas propuestas de trabajo que para empezar como maestra de una escuela especial muy buena... pero aquí, mi hermanita querida, las leyes son más importantes que las necesidades o los sentimientos.

Te abrazo fuerte. No dejes sola a mami y ocúpate de darle vueltas a mi hermana. Hay pocas personas que llegan sin familia a este país, yo soy una aventurera, pero por suerte los amigos que me reciben están dispuestos a aguantarme hasta que consiga valerme por mí misma.

Hasta ahora no me he rajado a llorar, pero ganas no me faltan.

Este fin de año será terrible sin ustedes.

Un beso enorme a ti y a tu marido... Cómo voy a extrañar ese piano y esas tardes de vinito en tu terraza. En fin mi amiga, este es el precio que pagamos por nuestros sueños.

No dejes de escribir y por favor, no me olvides nunca.

La Susy

Tomado de: Habáname (Blog de El Mundo.es)

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