Por Doreen Hemlock
El Sentinel
11/11/2006
Habana, Cuba· La mansión estilo español que Mercedes García dejó en 1961 cuando se fue para la Florida, ha perdido todo su esplendor. La pintura de las imponentes columnas del patio es casi inexistente. Un solitario bombillo de luz cuelga del destartalado recibidor. Y tres cerdos viven en un corral en el jardín interior.
Erli Pedroso, de 28 años, es uno de los miembros de las tres familias que comparten la desmoronada residencia ubicada en la provincia de La Habana. Pedroso, que es guardia de seguridad, ha escuchado de los funcionarios cubanos que los ex residentes de la isla podrían algún día regresar y reclamar sus viviendas; pero él, dice, no tienes planes de mudarse.
"¿Dónde vamos a vivir?", dijo Pedroso. "Que se queden en Estados Unidos, y nosotros nos quedamos acá". Con el gobernante Fidel Castro, de 80 años, todavía recuperándose de su cirugía y su hermano Raúl, temporalmente a cargo del gobierno, se han intensificado las interrogantes sobre el reclamo de las propiedades que el régimen confiscó después de la revolución.
Mientras funcionarios de la isla insisten en que los ex propietarios regresarán para desalojar a miles de personas, un gran número de cubanos en el sur de la Florida consideran que los ahora residentes de sus viviendas deberían quedarse en ellas, según nuevas encuestas.
Muchos de ellos, incluyendo a Mercedes García, que ahora vive en Royal Palm Beach, creen que querer recuperar las viviendas complicaría los esfuerzos para una reforma política en la Cuba después de Castro."
Mis padres lo perdieron todo; pero eso es el pasado", dijo García, de 61 años. "No queremos la casa de vuelta. Lo que queremos es la libertad para Cuba".
A medida que nuevas generaciones de cubanos se mudan a la Florida motivados más por el bienestar económico que por la política, es menos probable que apoyen los llamados para desalojar de propiedades a los residentes que aún sufren económicamente bajo es comunismo. Los inmigrantes de más edad que podrían haber soñado con recuperar sus antiguas viviendas, están ya muriendo o han reconstruido sus vidas en la Florida, dijo Fernando Amandi, vice presidente ejecutivo de la firma investigadora Bendixen & Associates, con sede en Coral Gables.
"Se escucha mucha propaganda que sale de Cuba de que la gente del sur de la Florida va regresar y retomar sus viviendas", dijo Amandi. "Quizá en los primeros 15 a 20 años después que Castro subiera al poder, esa podría haber sido una posibilidad. Pero hoy, muchos han echado raíces en el sur de la Florida, y sus hogares y nuevas están ahora en Estados Unidos".
Pedro Freyre, un abogado de Miami nacido en Cuba, no tiene ninguna ilusión de recuperar el conjunto de cuatro viviendas de su familia ubicada en Miramar, un barrio exclusivo en la Habana, en la que están ubicadas muchas embajadas y oficinas gubernamentales.
El frondoso complejo que su abuelo construyera es ahora sede el Instituto Cubano de Investigaciones de Árboles de Frutas y Cítricos. Grandes jarrones de arcilla adornan el frente de la casa, mientras en el jardín posterior se construyó una oficina para el hermano de Fidel, Ramón, un especialista en agricultura, según reportó un empleado.
"Emocionalmente, ¿me gustaría recuperar mi bella vivienda? Por su puesto. Ahí están todas las memorias de mi niñez", dijo Freyre. "Pero recuperarla no es la ambición en mi vida".
Aún así, Freyre, de 57 años, dice que busca justicia y vindicación para sus padres. Al igual que muchos cubano americanos, a Freyre le gustarían recibir cierta compensación, quizá un crédito en los impuestos para construirse una nueva vivienda en la isla."
Cuba es un país en bancarrota con una gran escasez de vivienda", dijo.
Incluso el gobierno estadounidense está cambiando su posición con respecto a que los ex ciudadanos cubanos recuperen sus antiguas viviendas.
Washington ahora marca una clara diferencia entre los reclamos de residencias de quienes fueron ciudadanos cubanos cuando perdieron sus propiedades y de todos los otros reclamos. Los reclamos formulados por los ciudadanos cubanos deben ser manejados en Cuba, recomendaron funcionarios de Estados Unidos.
En su último reporte sobre la Cuba del futuro, el gobierno de Bush sugirió que un gobierno de transición en La Habana "asegure a los cubanos que estarán seguros en sus viviendas...y no sujetos a una expulsión arbitraria".
El gobierno cubano, sin embargo, se muestra cauteloso ante la nueva flexibilidad mostrada por Washington.
El vice ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, dijo que la ley Helms-Burton de Estados Unidos de 1996 agrupa todos los reclamos de propiedades. Las leyes estadounidenses tienen más peso que el "difícil" lenguaje en el nuevo reporte, dijo Rodríguez."
No vamos a permitir que las personas regresen y recuperen sus viviendas, aún si vienen con apoyo de las fuerzas navales estadounidenses", dijo Rodríguez.
José "Pepe" López, de 58 años, líder de la Cámara Latina de Comercio del condado de Broward, recuerda su propio desalojo con angustia. El padre de López era capitán de policía en La Habana cuando la revolución cubana triunfó. Rápidamente, el nuevo gobierno embargó su vivienda familiar. Su padre fue enviado a la cárcel, y López, su madre y sus hermanos se mudaron con su abuela a un pequeño apartamento.
"No pueden darme ninguna compensación. ¿Cómo van a compensar los 10 años que mi padre estuvo en prisión y el que yo fuera criado sin un padre", preguntó López. "Eso es imposible".
Puede comunicarse con Doreen Hemlock en comentarios@elsentinel.com
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