Posted on Thu, Nov. 30, 2006
VIVIANA MUNOZ
El Nuevo Herald
Leyeron sus poemas, le entonaron su canción favorita y le dieron uno de los más altos honores que jamás imaginó: una bandera de Estados Unidos que ondeó en el Capitolio.
La cubana Elena Borrás de Rodríguez celebró ayer sus 100 años de vida rodeada del amor de su familia, sus amigos y líderes comunitarios, en una emotiva fiesta realizada en el salón comunitario del CAC Florida Medical Centers, en Miami.
Durante la celebración el periodista Oscar Haza leyó uno de sus poemas del libro Una historia en rojo y negro y la congresista Ileana Ros-Lehtinen le entregó la bandera, que Elena besó conmovida.
''Sabíamos de su enorme amor por Cuba y su patriotismo, como también por esta tierra que la acogió y como una forma de rendirle homenaje pedí esta bandera especialmente para ella y fue una gran alegría entregársela'', afirmó Ros-Lehtinen.
Elena Borrás nació en La Habana el 27 de noviembre de 1906. Se casó el 15 de febrero de 1934 con Pedro Rodríguez Rioseco, codueño con sus hermanos de una maderera en Camagüey.
En 1960, dejó su amada isla. Con el corazón roto escribió entonces: ``Pero contra la razón, que no me puede engañar, me niego a decir adiós y cegada por las lágrimas apenas puedo susurrar Patria Mía, casa mía, ya me voy, hasta la vista''.
Ayer, vestida con un elegante traje de georgette de dos piezas color crema y una flor amarilla en la solapa, sonrió agradecida por el homenaje, pero cuando le hablaron de Cuba su mirada se tornó melancólica y con su mente cruzó el océano. ''Para mí, Cuba es todo. Quizás no la vuelva a ver, pero es mi tierra'', dijo casi en su susurro.
Los abrazos, besos y expresiones de cariño de más de 100 personas no se hicieron esperar. Ante un enorme pastel de cumpleaños, el intérprete Pedro Román le entonó el tradicional tema cubano Quiéreme mucho, coreado por los presentes, mientras su hija Beatriz Rodríguez se enjugaba las lágrimas.
''Muchas personas la verán como una figura más bien política, como una escritora, es verdad, pero por sobre todo ella es una mujer íntegra, cristiana, cubana hasta la médula y entregada a los demás sin ninguna limitación. Esa es mi madre'', dijo Rodríguez, de 69 años.
''Su constante bondad, alegría y sentido del humor sobrepasan todos sus dolores y hacen que todos los que la conocen le den su cariño'', expresó.
Escritora por afición, entre sus obras se encuentra la novela Amarte era mi destino, que recibió mención de honor en un concurso internacional en 1959, en Brasil, cuando compitió con más de 500 escritores de todo el mundo, incluyendo a Ernest Hemingway. Más tarde, la estación radial CMQ le pidió que escribiera novelas radiales.
Tras su llegada a Estados Unidos, Elena comenzó a trabajar por la causa de Cuba apoyando a los jóvenes de la Brigada de Asalto 2506. Poco después comenzó a trabajar en una fábrica de cortinas en Fort Lauderdale --Sultan & Sons-- donde inventó un método nuevo de decoración que le mereció el reconocimiento de sus supervisores quienes la nombraron jefa del taller. Con su salario y su esfuerzo sacó adelante a su familia. ''Ha sido siempre una mujer santa, decidida y de gran fortaleza espiritual y mental'', dijo su hija Beatriz.
Elena ha sobrevivido a sus cinco hermanos, a su esposo Pedro, que falleció de un infarto a los 61 años, en 1968 y a su hija mayor Marta Elena, que murió a los 48 años, en 1983, también de una afección del corazón.
''Pero mi madre tiene la fortaleza de un roble y una enorme fe en Dios que la ha ayudado a sobreponerse a todos los dolores y momentos difíciles de la vida'', expresó Beatriz Rodríguez.
Entre los invitados estaba su médico de cabecera por los últimos 10 años, Hugo Llanes. ''Elena es una gran mujer, muy dulce, muy humana y apasionada por la vida. Eso es evidente al leer su libro de poesía Una historia en rojo y negro, donde relata lo que ha sufrido la comunidad cubana que vive un doloroso exilio'', expresó el doctor.
''Yo no sabía que era una persona tan importante'', rió Elena bromeando, y luego dijo que había sido un momento maravilloso.
Elena llegó a los 100 años desayunando ligero y almorzando comida cubana y sus platos preferidos: arroz con pollo y platanitos maduros fritos. Por la noche, sólo cena una sopa.
Le encanta el café cubano, algunos programas como el de Oscar Haza y Seguro que Yes .
''Su secreto para la longevidad es trabajar mucho pero yo creo que es su fortaleza, su espíritu invencible y ese deseo tan inmenso de ver su tierra libre'', aseguró su hija.
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