JORGE POSADA
Especial para El Nuevo Herald
El doctor Manuel Alzugaray muestra dos máscaras del mítico luchador mexicano "El Santo" - C.M. GUERRERO/El Nuevo Herald
No es el médico convencional que uno conoce, sino el que rompe esquemas: en las salas de espera de su consulta no se encuentran fotografías de esqueletos, de tendones ni de vértebras, sino de figuras de todos los confines del mundo, desde el norteamericano Kirk Alynn --el primer Superman-- y el mexicano Jorge Negrete hasta el famoso Rin Tin Tin. Es que en el universo del doctor Manuel Alzugaray, un muñequito del Pato Donald, una película de Flash Gordon o un álbum de postalitas de Los Tres Villalobos no son simples objetos cotidianos, sino un entrañable viaje al infinito territorio del pasado, una nostalgia recurrente que va más allá de la muerte y el olvido, y un símbolo de enorme valor moral. ''Cuando uno se encuentra de nuevo con un muñequito, le mira la portada y descubre que es la misma revista de historietas que tenía a los 12 años, uno vuelve a vivir. No importa que ya sea un hombre maduro con hijos y nietos: es un sentimiento absolutamente involuntario que a su vez se convierte en intemporal'', afirma...
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