jueves, 27 de febrero de 2014

ALFONSO CHARDY Y LUISA YANEZ
ACHARDY@ELNUEVOHERALD.COM
Publicado el jueves, 02.27.14

Huber Matos BenítezHuber Matos, un ex comandante revolucionario en Cuba que más tarde rompió con Fidel Castro y pasó dos décadas en prisión antes de partir al exilio, falleció en Miami la madrugada del jueves. Tenía 95 años.

La causa de la muerte fue un “ataque masivo del corazón”, de acuerdo con un largo comunicado difundido por la familia poco después de su muerte, ocurrida a las 4 a.m. La declaración llevaba el membrete de la organización anticastrista Cuba Independiente y Democrática que encabezaba Matos.

Matos falleció en el Hospital Kendall Regional, a donde había sido trasladado el martes. Al día siguiente pidió ser desconectado del equipo de respiración para que pudiera “despedirse de su esposa María Luisa Araluce y de sus hijos y nietos”, indicó el comunicado.

Más tarde el miércoles, Matos recibió llamadas de partidarios en Cuba, entre ellos un grupo de activistas que le cantó el himno nacional cubano a través del teléfono, según el comunicado. Este añadió que sus últimas palabras fueron: “La lucha continúa, ¡Viva Cuba Libre!”.

Su hijo Rogelio Matos Araluce dijo a el Nuevo Herald que su padre se mantuvo lúcido y hablando hasta el final. “Se despidió de su familia, de sus amigos”, dijo Matos Araluce, que estaba con su padre cuando murió.

La muerte de Matos cierra uno de los capítulos más importantes de la historia de Cuba. Matos, un maestro de escuela por profesión, se sumó a la revolución contra Fulgencio Batista y ayudó a suministrar armas a los rebeldes de Castro mediante un vuelo histórico de suministro militar desde Costa Rica.

A pesar de su temprano apoyo a Castro, Matos también encarnaba la desilusión generalizada que muchos cubanos sentían hacia el líder cubano cuando se hizo evidente que la revolución se encaminaba hacia el comunismo.

En 1961, menos de tres años después de que Batista huyera de Cuba, Castro reconoció abiertamente el “carácter socialista” de la revolución. Pero en su libro autobiográfico Cómo llegó la noche, Matos decía que comenzó a albergar dudas acerca de Castro y la revolución siete meses después de que el líder cubano tomara el poder.

“Creo que se han dado pasos hacia un gobierno dictatorial, probablemente de signo marxista”, recordó Matos en su libro acerca de sus pensamientos en el año 1959.

Castro, en última instancia, ordenó el arresto de Matos quien terminó siendo sentenciado a 20 años en prisión. En 1979 fue liberado y rápidamente voló a Costa Rica, donde su esposa e hijos se habían ubicado después de salir de Cuba en la década de 1960.

Más tarde la familia se reasentó en Miami.

Después de su muerte el jueves, la familia reveló que una carta que escribió antes de morir dice que quiere ser enterrado en Costa Rica. Pero la carta también dice que él quiere ser desenterrado y vuelto a enterrar en su ciudad natal de Yara, a unas 450 millas al sureste de La Habana, cuando impere la democracia en la isla.

“Quiero hacer mi viaje de regreso a Cuba desde la misma tierra cuyo pueblo siempre me demostró solidaridad y cariño”, escribió Matos en su última carta, una especie de testamento político para darse a conocer después de su muerte. “Quiero descansar en suelo costarricense hasta que Cuba sea libre y desde allí a Yara, a acompañar a mi madre y reunirme con mi padre y con los cubanos”.

Matos nació el 26 de noviembre de 1918 en Yara, donde el héroe de la independencia de Cuba, Carlos Manuel de Céspedes, inició en octubre de 1868 la guerra contra el dominio colonial español después de emitir un manifiesto que llegó a ser conocido como el Grito de Yara.

El fervor revolucionario de Matos comenzó el 10 de marzo de 1952, cuando Batista dio un golpe de estado que derrocó al presidente democráticamente electo Carlos Prío Socarrás.

“Recuerdo que estaba dando una clase y llegó la noticia de que había habido un golpe de estado —que Batista había tomado por la fuerza el poder otra vez”, recordó Matos durante una entrevista con el Miami Herald en el 2009. “Para mí fue como una bofetada en la cara colectiva del pueblo cubano . ¿Cómo se atreve? Yo era un maestro, pero les dije a mis alumnos ese día ‘Tenemos que salir a protestar. Esto no se puede permitir que ocurra. Cuba es una democracia’ ”.

Poco después del golpe de 1952, Matos decidió unirse a las fuerzas contra Batista que aún no se habían fundido en un solo movimiento revolucionario. Eso ocurrió después de que Fidel y su hermano Raúl, junto con el revolucionario argentino Ernesto “Che” Guevara, desembarcaron en 1956 del yate Granma que había zarpado de México.

Aunque el grupo de revolucionarios fue casi aniquilado por las fuerzas batistianas, los hermanos Castro, Guevara y algunos otros sobrevivieron y se escondieron en las montañas de la Sierra Maestra.

Matos dio un paso hacia el logro de la gloria revolucionaria cuando en 1957 organizó desde Costa Rica un vuelo de reabastecimiento de armas para las fuerzas rebeldes.

El avión voló directamente al reducto de los revolucionarios en las montañas, llamando poderosamente la atención de Fidel Castro sobre la capacidad de Matos como estratega militar. En última instancia, Matos es nombrado comandante de las fuerzas revolucionarias, uno de varios que conformaron el liderazgo militar de Castro. Los otros incluyeron a su hermano Raúl, el “Che” Guevara , Camilo Cienfuegos y William Morgan, un estadounidense.

Pero de acuerdo con Matos, solo los hermanos Castro, Cienfuegos, Guevara y él mismo desempeñaron un papel clave de liderazgo revolucionario.

“Había cinco de nosotros que llevaron la revolución”, dijo Matos en el 2009. Y Cienfuegos y Matos eran en quienes Fidel Castro parecía confiar más. Ellos dos acompañaron a Fidel Castro en su arribo triunfal a La Habana en enero de 1959 después de que Batista huyera de Cuba .

Sin embargo, la confianza profesada por Castro se desvaneció a los pocos meses de la toma del poder.

En julio de 1959, Matos ya había perdido la confianza en Castro y estaba dispuesto a romper con él.

En su libro, Matos dice que comenzó a preparar una carta de renuncia como comandante revolucionario después de llegar a la conclusión de que Castro tenía la intención de imponer una dictadura marxista en Cuba

Matos y Fidel Castro se reunieron a finales de julio de 1959. Matos dice en su libro que abordó sus preocupaciones con Castro y que éste le instó a no renunciar.

“Lamento que pienses así, pero no hay crisis entre tú y yo”, le habría dicho Castro. “Quédate como hasta ahora en el mando revolucionario. Si dentro de un tiempo ves que conforme a tu criterio las cosas no han cambiado, entonces estás en tu derecho de renunciar. Lo planteas y no pasará nada. Nos sentaremos a conversar y nos despediremos como amigos, como compañeros, como hermanos”.

Pero las expresiones de afecto de Castro se convirtieron en furia unas semanas más tarde, cuando ordenó el arresto de Matos.

Así comenzó la odisea de 20 años que Matos pasó en nueve calabozos cubanos.

Describió su calvario detalladamente en una entrevista que la revista People publicó después de su llegada a Miami con su familia en noviembre de 1979.

“Una vez estuve 13 meses sin visitantes, otra vez siete años”, recordó. “En El Morro se me permitió salir a ver el sol solo una vez en 10 semanas. En la Isla de Pinos pasé un año dentro de una caja de concreto con uno de mis hombres. Nunca vimos la cara del carcelero. Dejaba la comida en una ranura en la puerta”.

Al final de su condena en octubre de 1979, Matos fue trasladado en avión a Costa Rica.

“He regresado a la libertad y a la vida”, decía Matos en su libro, recordando sus primeros pensamientos cuando aterrizaba el avión en Costa Rica.

En Miami, Matos encabezó el grupo anticastrista Cuba Independiente y Democrática.

El hijo de Matos, Huber Matos Araluce, jugó un papel importante en la organización hasta que fue arrestado y acusado en 1993 de estafar al Medicare y el Medicaid. Huyó a Costa Rica, que se negó a extraditarlo.

Huber Matos se mantuvo activo en Miami, viajando a menudo por todo el país o al extranjero para pronunciar discursos o impartir conferencias sobre su lucha contra los hermanos Castro.

En una entrevista en octubre del 2009 con el Nuevo Herald, Matos dijo que el régimen cubano habría caído de no haber sido por la ayuda financiera y envíos de petróleo venezolano.

También expresó su deseo de volver a la isla y habló de unir fuerzas en una Cuba democrática con prominentes disidentes cubanos como Jorge Luis García Pérez, conocido como Antúnez, y la bloguera Yoani Sánchez.

La familia dijo que habrá un velorio de 4 p.m. a la medianoche del domingo en la funeraria Caballero Rivero Woodlawn en el 8200 de la avenida Bird Road. Poco después, el cuerpo de Matos será trasladado en avión a Costa Rica para su entierro, dijo su hijo Rogelio Matos Araluce .

A Matos le sobreviven su esposa María Luisa, sus hijos Rogelio y Huber y sus hijas Lucy Matos Lodato y Carmen Matos Mori.

Otros sobrevivientes incluyen 16 nietos y 16 bisnietos.

Tomado de: El Nuevo Herald

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