viernes, 29 de septiembre de 2006

Posted on Fri, Sep. 29, 2006
KETTY RODRIGUEZ
El Nuevo Herald

MARTIZA HERNANDEZ y su hija, Mariel Hidalgo, muestran los documentos que las identifican como residentes legales en el país, ayer.

HECTOR GABINO / El Nuevo Herald

[MARTIZA HERNANDEZ y su hija, Mariel Hidalgo, muestran los documentos que las identifican como residentes legales en el país, ayer.]

Después de dos meses de incertidumbre, Maritza Hernández, la mujer cuyo esposo murió durante una entrevista con funcionarios de inmigración, obtuvo ayer, junto a su hija, Mariel Hiraldo, la residencia permanente.

''¡Se abrió una nueva puerta y le doy gracias a Dios por esto!'', dijo la dominicana de 53 años a la salida del edificio del Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS).

''Estos últimos días han sido de mucha angustia. Apenas dormía o comía, y sentía que mi vida después de la muerte de Juan era un suplicio'', dijo la mujer que finalmente pudo resolver su situación legal.

Este caso, además, no sólo significa una victoria para esta inmigrante, sino que también establece un precedente legal que ayuda a miles de mujeres protegidas bajo la Ley de Ajuste Cubano a obtener la residencia.

La agencia tomó la decisión basada en una nueva ley pública, la 89-732, que entró en vigor el 5 de enero de este año, la cual indica que: "una extranjera que haya sido la esposa de un cubano puede ser tratada como tal, [hasta] dos años después de la muerte del cubano''.

Para Jorge Rivera, el abogado de inmigración que representó a Maritza en el caso, la decisión de ayer tiene una implicación más amplia porque, según la ley, las viudas de cubanos pueden obtener la residencia siempre y cuando sean víctimas de violencia doméstica.

"Pero inmigración tuvo una interpretación más liberal de la ley y otorgó a Maritza el documento, pese a que ella nunca fue víctima de violencia''.

Maritza, por el contrario, lamentaba ayer la muerte de su esposo, quien será trasladado la próxima semana a Cuba para ser enterrado.

''Mi matrimonio fue muy bueno, y aunque hoy [ayer] estoy contenta por la residencia, siento un gran dolor en mi corazón por su muerte'', expresó la mujer.

Juan Hernández murió el pasado 10 de agosto, de un ataque cardíaco, cuando era interrogado por funcionarios de inmigración el día de la cita que otorgaría la residencia a su esposa.

Los últimos minutos de vida quedaron grabados en una cinta que está en poder de inmigración, a la cual no han tenido acceso los familiares.

Por otro lado, la hija de Maritza obtuvo el mismo beneficio y podrá estudiar en cualquier universidad y pagar sus estudios a menor precio como residente legal de este país.

Mariel, de 17 años, estudia en Mater Academy de Hialeah, y obtendrá el diploma de secundaria el próximo año. Planea estudiar investigación criminal.

''He recibido ofertas de universidades y becas, y las había tenido que rechazar porque no tenía los documentos legales'', dijo la joven.

El USCIS selló el pasaporte de la madre y la hija, lo que les permitirá salir del país.

Maritza tramitará permiso para viajar y acompañar a su fallecido esposo a Cuba.

Desde un principio, Maritza eximió a Inmigración de cualquier responsabilidad por la muerte de Juan y siempre pidió una reconsideración de su caso. "Soy una mujer de fe y Dios me ayudó en todo este proceso''.

kerodriguez@elnuevoherald.com


0 comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por su comentario. Le agradecería que facilitara una dirección de correo electrónico válida en el caso de que necesite alguna precisión. Gracias.

Popular Post

BTemplates.com

Categories

Random Post

Popular Posts

Blog Archive