Posted on Tue, Dec. 19, 2006
MANUEL EDUARDO SOTO
El Nuevo Herald
La periodista cubana Cristina Saralegui aconsejó ayer a los jóvenes que se graduaron en la Universidad Internacional de la Florida que luchen por salir adelante y que no teman acumular una cuantiosa fortuna como lo hizo ella con su popular programa de Cristina, el que cuenta con una audiencia estimada de 100 millones de telespectadores.
En una concurrida ceremonia realizada en el auditórium de la alta casa de estudios del sudoeste de Miami, Cristina recibió un doctorado honorífico por Servicio Público y se le otorgaron siete minutos para hablar, durante los cuales dio a conocer, en un inglés con acento, siete reglas para alcanzar el éxito e hizo gala de su sentido del humor.
Vistiendo toga y birrete, la carismática anfitriona no pudo controlar las lágrimas cuando fue presentada como una ''periodista realizada'' y ''una mujer de negocios de éxito'' en medio de estruendosos aplausos y vítores de parte de los presentes.
Los que no conocían hasta ese momento a la polémica precursora de los programas de discusión, quedaron con una clara idea de que la rubia figura que estaba en el escenario junto a otras eminencias de la FIU (las siglas inglesas de la universidad) era alguien muy, pero muy importante.
Al acercarse al micrófono, sus primeras palabras fueron: ''¡ay, Dios mío'', pronunciadas en español, lo que provocó carcajadas entre el público latino.
Y de ahí en adelante comenzó a tomar el tiempo para dar a conocer siete consejos del éxito en los siete minutos que le asignaron.
''Sueñen realmente en grande'', fue el primero de la lista. ``No permitan que nadie los limite''.
Sobre este punto, ilustró su idea recordando que su padre dijo un día que no había dinero para enviar a todos sus hijos a la universidad, por lo que el único que iba a poder hacerlo era su hermano, que quería estudiar ingeniería y necesitaría ese diploma para poder mantener a su esposa. Así, Cristina quedó marginada de la educación superior, esperando que llegara pronto el hombre que se casara con ella y la mantuviera.
''Trácense metas muy claras'', fue el consejo siguiente de su lista. ''Mi objetivo era ser una periodista bilingüe'', contó, reconociendo luego que no podría haber tenido el mismo éxito que consiguió luego con el acento, que nunca la ha abandonado.
''Trabajen muy duro, como si ustedes fueran los dueños de la empresa'', señaló en otro de sus consejos, añadiendo enseguida que ``usen sus temores como su gasolina''.
Más adelante, subrayó que es muy importante ''devolver a la comunidad, a su gente, lo que ellos le dieron'' y ``tener fe... porque una vida sin ningún tipo de fe, no vale la pena vivirla''.
esoto@herald.com
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