Publicado el 12-20-2006
Por Alexandra Zayas
© St. Petersburg Times
TAMPA – Las autoridades tampeñas pusieron en libertad inmediata a 26 cubanos refugiados que lograron tocar terreno estadounidense en el Cayo Longboat Key el lunes por la mañana.
Después de ser puestos en libertad por la Patrulla Fronteriza estadounidense, Yuniel Estéves, acompañado de un amigo de la escuela secundaria, fue de compras el lunes por la noche en el centro comercial WestShore Plaza. Estéves quedó maravillado: “Es como una película”, le dijo en español a su amigo Leudan Nodarse.
Las autoridades se asombraron de que los refugiados hayan llegado tan al Norte, y éstos a su vez se asombraron al ver los estantes llenos de mercancías en las tiendas. Rafael Salgado Váez, de 48 años, uno de los refugiados, se quedó pasmado al ver el tamaño de la tienda Wal-Mart, dijo su familiar Andrés Sánchez.
Cada uno de los cubanos recién llegados pagó $2,000 a un contrabandista para llevarlos a Miami. No obstante, debido a la tormentosa travesía de 3 días en el mar, desembarcaron a más de 200 millas hacia el Norte, en Longboat Key el lunes.
Familiares de Váez y el padre de Estéves los recogieron el martes por la noche; y, como la mayoría de los cubanos que llegaron el lunes, ellos comenzarán sus nuevas vidas en Miami. Aunque los refugiados no permanecieron en Tampa, el agente Steve McDonald, de la Patrulla Fronteriza estadounidense, dijo que esta agencia necesita prepararse mejor en caso de que lleguen refugiados en el futuro.
El lunes, los agentes de la Patrulla les ofrecieron teléfonos a los refugiados para que encontraran la forma de trasladarse a Miami. Luego les abrieron las puertas y personas que nunca han estado fuera de Cuba, habrían tenido que arreglárselas por sí solas, sin ayuda.
El Departamento de Salud del Condado de Hillsborough tiene un programa para refugiados que provee inmunización y exámenes para detectar enfermedades infecciosas, pero el proceso desde que llegan hasta la clínica no es tan eficiente como en Miami.
En Miami, donde desembarcos como ése ocurren más a menudo, los funcionarios llevan a los refugiados a clínicas de salud. Después de un examen médico, organizaciones de servicios los llevan en ómnibus a sus propios lugares donde les dan orientación, ayuda para encontrar empleo y para conseguir el asilo político.
En Tampa, les dijeron a los refugiados recién llegados que tenían que obtener exámenes médicos por su cuenta y regresar en 90 días.
El agente McDonald declaró que en Tampa se necesita un consorcio entre la Patrulla Fronteriza, funcionarios de salud y organizaciones no lucrativas en caso de que se produzcan más desembarcos de refugiados.
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