Posted on Wed, Dec. 20, 2006
RUI FERREIRA
El Nuevo Herald
Carlos Alvarez se declaró culpable de conspiración para ser agente extranjero sin autorización, y su esposa Elsa Alvarez admitió estar enterada de las actividades ilegales de su esposo - Archivo
El profesor de la Universidad Internacional de la Florida, Carlos Alvarez, y su esposa Elsa se declararon ayer culpables de cargos menores a los que originalmente se les imputaron en el caso de espionaje a favor del gobierno cubano que se les seguía.
En un acuerdo con la fiscalía federal, Alvarez, de 61 años, aceptó declararse culpable de intento de conspiración para convertirse en un agente extranjero no registrado, mientras su esposa Elsa, de 56 años, admitió tener conocimiento de las actividades ilegales que realizaba su marido, y de no haberlas comunicado a las autoridades.
Con esos cargos, lo más probable es que el juez federal Michael K. Moore condene a Alvarez a una pena de 5 años de cárcel y a su esposa a tres años, que probablemente conmutaría por los seis meses en que estuvo presa después de su arresto. Elsa Alvarez se encuentra hace seis meses en su casa, por decisión judicial, para atender a sus ancianos padres y su hija menor. La pareja tiene otros cuatro hijos adultos.
La pareja fue arrestada en enero e inicialmente acusada de espiar para la isla durante los últimos 20 años. Algunas versiones indicaban que Alvarez había intentado influenciar a sus alumnos en viajes a La Habana, pero la Universidad Internacional de la Florida aclaró que, en sus frecuentes visitas a Cuba, el profesor universitario nunca fue acompañado por alumnos.
El fiscal federal asistente Matthew Axelrod describió ayer al juez la que presuntamente fue la carrera de espía de Alvarez, que incluyó un seguimiento al presidente de FIU, Modesto Maidique, de quien era cercano colaborador y amigo.
Según la fiscalía, Alvarez fue reclutado en 1977 cuando agentes cubanos lo instruyeron para que reuniera datos sobre miembros de la comunidad exiliada y prestara atención a todo evento político.
Los fiscales describieron a Alvarez como un espía con experiencia que enviaba informes a apartados postales en Nueva York y después destruya las evidencias. Además, mantenía contactos personales con agentes cubanos que le entregaron parafernalia de espionaje, como papel disoluble, codificadores de mensajes y le enseñaron cómo recibir comunicaciones electrónicas codificadas.
''Esas declaraciones de culpabilidad son un recordatorio claro de que hay entre nosotros algunos que disfrutan de la libertad que ofrece nuestra gran nación, para servir a los intereses de otro dueño'', comentó el jefe de la Fiscalía Federal de Miami, Alexander Acosta, en un comunicado.
Desde su arresto en enero, la pareja siguió recibiendo su sueldo en FIU, en donde trabajaban, él como profesor de psicología, y ella como terapeuta. Pero el 22 de noviembre Alvarez renunció formalmente a la universidad. A su esposa le han otorgado una licencia sin sueldo a partir del 3 de noviembre.
Según Axelrod, Elsa Alvarez supo del trabajo oculto de su esposo en 1982, pero no lo informó a las autoridades, hasta el punto de seguir ''conviviendo con él y acompañarlo en sus viajes'' a la isla.
La declaración de culpabilidad de la pareja se produjo después de que otro juez aceptó el mes pasado como pruebas válidas una declaración de Alvarez a agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), en la que admitía haber espiado para el gobierno de Cuba.
En una grabación oculta hecha por el FBI en la alcoba de la pareja presentada como evidencia, se escucha al profesor universitario decir que se siente ''aliviado'' por haberlo admitido ''todo'', tras una conversaron con los agentes federales.
Los abogados de la defensa intentaron que se desestimara esa confesión con el argumento de que Alvarez había entendido que le ofrecieron inmunidad a cambio de sus declaraciones.
A la salida de la audiencia de ayer, la abogada de Elsa Alvarez, Jane Moscowitz dijo que su cliente ``es sólo culpable de haber sido esposa de Carlos. Las autoridades están de acuerdo en que ella no es una agente de ningún tipo''.
Sin embargo, el abogado de Alvarez, Steven Chaykin, aclaró que el profesor se declaró culpable de conspirar para ser un agente no registrado, y los argumentos de los fiscales no pasaron de ''alegatos insustanciales'' que debían probar en corte.
''Mi cliente no ha sido comunista o simpatizante de (Fidel) Castro'', sino ''alguien opuesto abiertamente al embargo económico a la isla y las restricciones a Cuba'', explicó el letrado. ''Creo que su idealismo lo metió en problemas'', consideró el abogado.
El juez Moore fijó la audiencia de sentencia para el 27 de febrero del año entrante.
rferreira@herald.com
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