El Nuevo Herald
ARTURO ARIAS-POLO
Argelia Fragoso - Foto de Archivo
"¿Se acordarán de mí? ¿Estarán mis amigos? ¿Gustaré a los que no me conocen?''
Esa y mil preguntas más se viene haciendo Argelia Fragoso desde que le confirmaron su visita a Miami.
Son tantas sus expectativas que la cantante no se imagina lo que hará cuando se enfrente a los asiduos del Hoy como Ayer y el Kimbara Cumbara.
''Siempre impresiona el primer encuentro con el público'', dice vía telefónica desde Madrid, donde reside desde hace años, "confío en mis canciones y en todo lo que yo pueda dar''.
A Argelia le basta su piano para poner a soñar con lo mejor de María Teresa Vera y el feeling de La Habana de los años 50. Sin artificios escénicos, esta diminuta mujer se las arregla para echarse a la gente en el bolsillo.
Oficio le sobra. Quienes presumen de tener buena memoria recordarán que a los doce años --flanqueada por un par de trenzas--, Argelita imponía su registro fuera de serie en Niña carita de angel y Marinero quiero ser, dos temas que escalaron los primeros lugares de audiencia en Cuba.
Luego vinieron algunas ''travesuras'' musicales con la Orquesta Aragón y varios ''mano a mano'' con Elena Burke y otras divas del momento. Imposible negar su casta. El padre, Guillermo Fragoso, cantó todo lo que quiso con la Orquesta Casino de la Playa. Su hermano --Guillermo también--, compone desde que se acuerda y terminó al mando del conjunto de Tropicana. El talento no se hereda pero el ejemplo se imita.
Como la cosa iba en serio, aquella niña con alma de ''filinera'' esperó el fin de su adolescencia y se marchó a Alemania. Allá pulió su garganta, perfeccionó sus conocimientos de los clásicos y aprendió a dirigir voces. Como los festivales estaban de moda, Argelia se paseó por media Europa donde recibió premios en concursos de Austria, Bulgaria, Alemania y Polonia. Paso a paso, su técnica dejaba huellas con una canción emblemática, Murió la flor, el tema que desde entonces la acompaña a todas partes.
Ya de vuelta en la Isla, armó el grupo Eco, donde cruzó la música cubana con el jazz en un experimento a capella que alborotó a los melómanos.
Nunca conforme con sus triunfos, en los años 80 probó sus armas en el cabaret enrolándose en las giras mundiales de Tropicana que la trajeron a Los Angeles y Nueva York.
En los últimos años Argelia ha compartido escenarios con Michel Legrand, Armando Manzanero, Chucho Valdés y el trío Los Panchos. Sus CDs dedicados a la obra de Vicente Garrido y al centenario de María Teresa Vera se han vendido como pan caliente en Europa y Suramérica, donde ya son considerados antologías de la música cubana.
Hace una década, durante un concierto en la capital española, los ejecutivos de la firma Canariastour le extendieron un contrato que la llevó a establecerse en Tenerife por un período de siete años. Luego se mudó a Madrid desde donde se desplaza a Latinoamérica y al resto de Europa cada vez que la llaman a cantar.
Pero estas noches del Kimbara y el Hoy como Ayer serán como "su primera vez''.
¿La sorprenderá el trovador Mike Porcell para rememorar los tiempos de En busca de una nueva flor? ¿Se le unirá en el piano su sobrino Michael?
''Cualquier cosa puede suceder'', dice la cantante, "tengo tanta gente querida en Miami que no sé si tendré tiempo de abrazarlos a todos''.
Argelia Fragoso, Hoy a las 9:30 p.m. en Hoy como Ayer (2212 SW 8 St. (305) 541-2631) y mañana viernes a las 10:30 p.m. en el Kimbara Cumbara (1644 SW 8 St. (305) 642-8822). Entradas: $30 y $25.
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