WILFREDO CANCIO ISLA
El Nuevo Herald
Las autoridades estadounidenses dieron ayer un paso trascendental en la lucha contra el contrabando humano desde Cuba al encausar a cinco hombres como presuntos conspiradores de una red que transportaba inmigrantes cubanos al sur de la Florida.
El mensaje del fiscal federal del distrito de Miami, Alexander Acosta, fue claro y enérgico: no sólo serán penalizados los conductores de lanchas, sino también quienes organizan y financian las operaciones de tráfico humano.
La fiscalía federal anunció el encausamiento de Yariel Iturriaga Valdés, Heyter Landin Hernández, Ariel Fernández Alonso, Jorge Reyes Galindo y Reynaldo Pérez Toledo como organizadores de al menos tres operaciones de tráfico humano, pagadas por residentes del área de Miami.
Los cinco acusados comparecieron ayer ante la jueza Lurana S. Snow en un tribunal de Cayo Hueso. La acusación contiene 45 cargos por conspiración para alentar la entrada de ilegales, ingreso no autorizado en aguas territoriales cubanas y desobediencia a una orden de detenerse en el mar.
Desde la escalada del contrabando humano a finales de los años 90, es la primera vez que las autoridades llevan ante la justicia a individuos encargados de liderar y organizar las operaciones ilegales. Hasta el momento sólo habían sido acusados como responsables del delito los tripulantes de embarcaciones que eran capturados durante la travesía.
''Tenemos que comenzar a encarar e investigar el contrabando humano de la misma forma en que enfrentamos el tráfico de drogas'', afirmó el fiscal Acosta. ``No sólo vamos a encausar a quienes conducen los barcos, sino a todos los que organizan y financian estas operaciones criminales''.
El agente especial de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Jesús Torres, aseguró que las autoridades emplearán todos sus recursos para detener los viajes ilegales, apelando incluso a la experiencia acumulada en la batalla contra traficantes de armas y narcóticos.
''Vamos a continuar trabajando fuertemente para que estos individuos que no tienen respeto por la vida de seres humanos, vayan a la cárcel por un buen tiempo'', dijo Torres. ``Van a perderlo todo, sus cuentas bancarias, sus barcos, sus propiedades, porque esto [el contrabando] tiene que parar''.
El encausamiento --de 10 páginas-- narra la participación de los cinco acusados en tres presuntas operaciones de contrabando, realizadas entre noviembre del 2005 y el pasado abril.
De acuerdo con el documento, Reyes Galindo hizo dos intentos infructuosos de llegar a Estados Unidos hasta que lo logró el pasado 31 de marzo, cuando consiguió pisar las costas de Big Pine Key con otros dos inmigrantes cubanos.
Un mes después de su arribo, los supuestos cabecillas de la red lo designaron para encabezar un viaje a Cuba en una lancha de 32 pies de eslora, que finalmente fue interceptado por el Servicio Guardacostas tras ocho horas de persecución cerca de Cayo Sal, en Bahamas.
En la embarcación en fuga viajaban 35 cubanos, incluyendo varios niños, y los agentes patrulleros tuvieron que realizar varios disparos para inutilizarle los motores y lograr detenerla.
El texto agrega que anteriormente el Servicio Guardacostas había interceptado a Iturriaga Valdés y Pérez Toledo en una lancha rápida, dos millas al sur de Tavernier, al anochecer del pasado 30 de noviembre.
Al abordar la embarcación, los guardacostas encontraron grandes reservas de alimentos, agua y gasolina, cargadores para teléfonos satelitales y mapas de la costa norte de Cuba. En la lancha fueron también hallados cuatro inmigrantes cubanos, Reyes entre ellos.
Ese mismo día y muy cerca de allí, las autoridades capturaron una segunda lancha rápida con Fernández Alonso a bordo.
Iturriaga Valdés y Landin Hernández fueron luego interceptados --el 27 de diciembre-- por los guardacostas en una embarcación de 30 pies de eslora, en las cercanías del cayo Bahía Honda, a 20 millas de Cayo Hueso. En esta oportunidad el único pasajero capturado fue Reyes, quien sería devuelto por segunda ocasión a Cuba.
Las autoridades hallaron en la lancha un GPS (dispositivo de posicionamiento satelital), donde quedó registrado que Iturriaga Valdés y Landin Hernández viajaron incluso a un lugar dentro de Cuba, en las inmediaciones de las provincias Villaclara y Cienfuegos el 25 de diciembre.
Los investigadores presuponen que los viajeros --ambos residentes en Estados Unidos-- fueron a pasar las Navidades en Cuba junto a familiares y amigos.
Según las autoridades, los cinco acusados conspiraron, con roles específicos, en una organización criminal: Landin Hernández y Fernández Alonso planeaban las operaciones de contrabando y facilitaban los barcos; Iturriaga Valdés fungió como conductor de barco en los tres viajes ilegales; Pérez Toledo, Landin Hernández y Reyes Galindo también se desempeñaron como miembros de tripulación.
En los antecedentes delictivos de Landin Hernández, Fernández Alonso y Iturriaga Valdés figuran, entre otras fechorías, robo en viviendas, agresión, secuestro y tráfico de inmigrantes durante el 2004.
La investigación del caso continúa abierta y los encausados podrían también encarar acusaciones por traficar para obtener ganancias. De ser hallados culpables por los cargos presentados ayer, los cinco hombres recibirían condenas de hasta 10 años de cárcel.
En una inusual decisión, el pasado julio las autoridades federales decidieron traer a tierra a 28 inmigrantes cubanos como eventuales testigos de la investigación y el proceso judicial contra tres presuntos contrabandistas detenidos. El grupo fue capturado a tres millas de Boca Chica tras una persecución que costó la vida a una pasajera de 24 años.
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